After Office

Morrissey, encanto reaccionario

El país se alista para recibir al misántropo más querido del pop británico. El exvocalista de The Smiths habla de política aunque diga detestarla. Se declara enemigo del racismo y el nacionalismo inglés, pero fue promotor del Brexit y se ha declarado seguidor del Partido de la Independencia del Reino Unido.

A sus 57 años, el hombre encantador es, en realidad, un misántropo.
"No me gusta la raza humana y creo que el mundo sacaría mucho partido si los humanos se extinguieran. Por lo general somos estúpidos, ignorantes y destructivos", declaró Morrissey en una entrevista para El País hace un par de años.

¿En verdad este es el mismo hombre que compuso 'This Charming Man' (Este hombre encantador)?

Morrissey posee un encanto huraño. Vive en una mansión de California. No bebe. No fuma. No come carne. Habla, muy de vez en cuando, por teléfono o correo electrónico, con alguno de sus siete amigos. Siete. Nunca ha dicho quiénes son, pero sí cuántos. A algunos ni siquiera los frecuenta, pero los conoce desde la Manchester deprimida en la que creció. Y con eso le es suficiente. "No era un niño muy feliz", le dijo a Jonathan Ross en 2004. Haber vivido en la Inglaterra de Margaret Thatcher le dejó una huella indeleble. El salario de sus padres –ella, bibliotecaria; él, portero– lo obligó a trabajar en el sector gubernamental desde muy joven. Entre papeles, llamadas telefónicas y trámites descubrió a su enemigo: la autoridad.

El exvocalista de The Smiths habla de política aunque diga detestarla. Se declara enemigo del racismo y el nacionalismo inglés (Irish Blood, English Heart, 2004), pero fue promotor del Brexit y se ha declarado seguidor del Partido de la Independencia del Reino Unido, conocido por sus medidas contra los inmigrantes. Asegura que la clase política es "despreciable", pero hace un año analizó "muy seriamente" postularse a la alcaldía de Londres por el Partido del Bienestar Animal.

"Debe haber una voz gubernamental contra la infernal y arcaica justicia social asignada a los animales en el Reino Unido", dijo en aquella ocasión.

REBELDÍA POP
Sin embargo, esas actitudes, lejos de ser una contradicción, representan la evolución que ha registrado la clase obrera de Inglaterra en las últimas cuatro décadas: si el enemigo de este grupo social antes eran las élites –la familia real, los conservadores, los empresarios–, ahora lo son los inmigrantes que les arrebatan los puestos de trabajo, según The Smiths. Música, política y deseo (Errata Naturae), libro en el cual 13 especialistas desmenuzan los entretelones sociales de esta banda que encabezó Moz durante cinco años (1982-1987).

ACUDA
31 de marzo: Palacio de los Deportes de la Ciudad de México
29 de marzo: Auditorio Citibanamex de Monterrey
1 de abril: Festival de Música y Arte Gastronómico Roxy 2017,
Parque Trasloma de Guadalajara

"En cierto sentido, la evolución de Morrissey ha ido en paralelo con las comunidades obreras de las que proviene. Su reivindicación de la Inglaterra antigua era revolucionaria hace 30 años porque priorizaba al pueblo sobre las élites", explica Fruela Fernández, el editor de ese ensayo, en un artículo para El Español.

Bajo el mandato de Thatcher, Morrissey fue testigo de la disolución de los sindicatos, el desempleo, el auge de los bancos y la privatización de las empresas públicas. Tener una banda de rock en tiempos de la Dama de Hierro no era cosa fácil. Menos en Manchester, donde los clubes eran clausurados sin razón alguna por "la villana del pop político", según cuenta el periodista británico Dorian Lynskey en Historia de la canción de protesta (2011).

"En los 80, Salford –la zona donde nació The Smiths– simbolizó el fracaso de la reconstrucción de la posguerra: familias endeudadas, barrios mal constituidos y edificios abandonados convertidos en hogares de drogadictos y pandillas", explica Alec Herron en The Guardian. En esas calles se filmó el videoclip de There Is a Light That Never Goes Out, el himno del rock independiente que fue incluido en la lista de "Las 500 mejores canciones en de todos los tiempos", elaborada por la revista Rolling Stone.

Cuenta él mismo en Morrisey. Autobiografía (Malpaso, 2013), en 1988 fue interrogado por la División Especial de la Fuerza Operativa británica por haber compuesto Margaret on the Guillotine. El gobierno lo consideraba "una amenaza" para la seguridad de la primer ministro. Así lo recuerda Moz: "Ajena y desapasionada, el torrente de odio de Thatcher consume a los jóvenes de Inglaterra, que ven su régimen como algo agresivo e inflexible, una peligrosa tiranía que nubla el cielo de la pequeña Bretaña".

ENCANTO REACCIONARIO
Apenas en su primer año como solista, Morrissey mostró un lado conservador que muy pocos le conocían hasta entonces. Lo hizo en Bengali In Platforms (1988), canción que habla sobre las dificultades que atraviesa un inmigrante musulmán para adaptarse a la vida británica: Bengalí, bengalí / pospón tus planes occidentales / y trata de comprender / que la vida es muy dura aquí / Bengalí, bengalí / no me culpes a mí / tan sólo por ser yo la persona que te lo dice.

Este liberal del pop ha llamado "subespecie" a los chinos por maltratar a los animales, ha calificado de "magnífico" al Brexit y ha asegurado que "nunca nadie está lo suficientemente hambriento como para comerse un animal". También ha dicho que "los toreros son alimañas" y que "deberían matarse entre ellos", y que comer carne es "un crimen que está al mismo nivel que el abuso de menores". "Mientras exista un matadero este mundo será un lugar de mierda. Belsen, Auschwitz, Spandau... Los judíos han sido sustituidos por animales", escibió en su autobiografía.

México está listo para recibir al acérrimo crítico de Isabel II. El mismo que vacaciona en un castillo de Roma y que usa zapatos sintéticos diseñados por Stella McCartney. El mismo que pidió a Penguin Books que su autobiografía fuera publicada en la sección de Clásicos –al lado de Wilde o Borges– y que escribió, a propósito, su primera novela, List of the Lost, con errores gramaticales. El mismo que se regocija por practicar el celibato. El hombre encantador.

MÉXICO EN EL CREADOR
Muchas de las víctimas del mundo viven en México, su pobreza creada por los gobiernos miserablemente ricos del mundo civilizado; una pobreza deliberadamente estructurada para mantener a los pobres, pobres, y para mantener a México incapaz de alcanzar los vitales intereses de sus vecinos del norte. Fríamente, fríamente, la raza humana se desliza, incluso ahora, en una era en que los presidentes y primeros ministros son generalmente vistos como una amenaza para su propia gente. Una burbuja se ha roto en todo el mundo. En México a la gente no se le permite vivir, y sin embargo sonríen todo el camino mientras hacen el peregrinaje de ocho días para Nuestra Señora de Guadalupe; la gente reducida a contar guijarros, atrapada en el miedo a no creer. La gente de México es en su mayoría incapaz de moverse o progresar, y aunque su trabajo y mano de obra ha construido casi todos los Estados Unidos y los Estados Unidos de hoy hacen todo para no dejarla entrar.
Morrissey. Autobiografía (Malpaso, 2013)

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