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Michoacán: muerte en vida

Carmen García Bermejo
 
El aroma a copal, las flores de cempasúchil, las ceras, la comida, la música y los cantos inundan el Día de Muertos en todo el país. Pero en Michoacán se consuma una de las actividades más significativas: el ritual de La Velación, que se realiza en más de 20 pueblos de la región entre el 1 y 2 de noviembre y en la que se le da la bienvenida a los difuntos.
 
Registros arqueológicos revelan que desde la época prehispánica los pobladores rendían culto a sus muertos. Pero ese acontecimiento se suscitaba en el mes de agosto porque coincidía con el final del ciclo agrícola del maíz, la calabaza, el garbanzo y el frijol. Esos productos cosechados formaban parte de la ofrenda. Ya con la llegada de los españoles, se cambió para los dos primeros días de noviembre como un acto de luto y oración para que descansen en paz los difuntos.
 
En Michoacán esta fecha es la más relevante del calendario. La manifestación de Día de Muertos se puede encontrar en los 113 municipios de la entidad. Pero sobre todo en cuatro de ellos: Pátzcuaro, Tzintzuntzan, Quiroga y Erongarícuaro, así como en Morelia, la capital donde se articulan una serie de altares monumentales, como el hoy dedicado a José María Morelos y Pavón.
 
Para este año han organizado la tradicional Noche de Muertos con alrededor de 200 actividades, entre artes escénicas, conciertos, exposiciones de ofrendas, conferencias, talleres, concursos y muestras gastronómicas. Lucero García, directora de Promoción de la Secretaría de Turismo de Michoacán, señala que el Tianguis Artesanal de Pátzcuaro, en la Plaza Vasco de Quiroga, es uno de los más importantes.
 
"Los artesanos -precisa- bajan a vender su producción que trabajan durante meses para participar en este tianguis, que comienza una semana antes de la celebración y culmina con la selección y premiación, hoy, de las mejores piezas de estos maestros. Pero la venta se mantiene toda la semana".
 
García también destaca la Velación, del 1 y 2 de noviembre; el VI Festival de Velas, en Uruapan, y las puestas en escena de "La vida inútil de Pito Pérez" y "Don Juan Tenorio", hoy y mañana, en la Plaza Valladolid de Morelia. Además, la gente podrá encontrar los tradicionales altares y las ofrendas a los muertos que se montan principalmente en los panteones y en casas particulares. Además, los tres niveles de gobierno han implementado un fuerte operativo de seguridad.
 
El antropólogo Arturo Oliveros reside en Pátzcuaro y es autor del libro Tzintzuntzan/El reino purépecha (FCE) indica que en la región lacustre se mantiene una celebración muy particular que va acompañada de ofrendas con alimentos, bebidas, música, aromas y cantos para jalar el recuerdo del finado. Considera que los gobiernos han tomado estas manifestaciones para atraer turismo.
 
"Ahora -añade-, están impulsando de sobremanera el Día de Muertos para ocultar la macabra realidad que vive Michoacán por el alto índice de violencia y muerte provocados por el narcotráfico. Pero este tipo de exaltaciones masivas modifica los usos y costumbres. La gente de Pátzcuaro trata de ver cómo aprovecha la llegada de turistas y vende todo tipo de cosas: hasta los tamales que se hacían para el festejo ahora se producen al por mayor y con menor calidad para el consumo turístico. En la ciudad de México montar la ofrenda del Zócalo con gigantescas calaveras se ha convertido en un show".
 

 
 
 
 
 
 

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