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Marchesín ataja la xenofobia

El argentino Agustín Marchesín, portero de Santos, asegura que la llegada de futbolistas extranjeros a la Liga MX debe incentivar el desarrollo de los nacionales. "Es una excusa cuando se dice que por el solo hecho de que venga un extranjero, éste jugará", dice.

San Cayetano es un pueblo en el que viven 7 mil 500 habitantes, según el censo de 2010. Se encuentra al suroeste de Buenos Aires, Argentina. Es el lugar de nacimiento de Agustín Marchesín y el sitio en el que conoció el futbol. "Fui delantero centro hasta los 13 años. Un día en mi equipo de barrio faltó el arquero y me dijeron que me pusiera. Les gusté y atajé el resto del torneo", cuenta el hoy guardameta de Santos Laguna.

De ahí saltó a Huracán de Tres Arroyos (equipo de la Tercera división argentina) cuando tenía 17 años, y dos temporadas más tarde fichó por Lanús. En su primera campaña con el equipo granate fue suplente y en la segunda, pese a que tenía competencia con otros guardametas, logró convencer a Luis Zubeldía, su entrenador en aquella época y con el que se reencontró en el cuadro lagunero, para quedarse con la titularidad.

"Nunca me conformé, no bajé los brazos. Trabajé el doble para tener la posibilidad de ganarme el puesto. Coincidí con (Mauricio) Caranta, quien venía de ganar la Copa Libertadores (con Boca Juniors en 2007). Yo era un chico de 20 años. Me rompí el alma para poder estar en el arco. Me gané la titularidad como debería hacer cada uno de los jugadores mexicanos. Es una excusa cuando se dice que por el solo hecho de que venga un extranjero, éste jugará", afirma Marchesín en entrevista con El Financiero.

Para el Apertura 2016 se introdujo la regla 10/8 en la Liga MX. Es decir, a partir de este semestre se permite a los clubes mexicanos tener 10 jugadores extranjeros y 8 mexicanos. El guardameta argentino es uno de los 156 futbolistas que no nacieron en territorio nacional y que compiten el vigente torneo.

"El reglamento que se puso para esta campaña no tiene nada que ver sobre qué futbolista juegue. Si yo fuera mexicano y veo que viene un extranjero, no me va importar que venga de fuera del país. Yo voy a trabajar para ganarme la titularidad, porque el único que va a decidir es el técnico. El que va a alinear, sea foráneo o local, será el que en mejor momento esté, esa es la realidad. Si yo estoy haciendo bien las cosas no es necesario que contraten un jugador en mi puesto", agrega el ganador del Balón de Oro al Mejor portero de la temporada 2014-15 de la Liga MX.

Marchesín explica que las directivas no les gusta contratar futbolistas foráneos porque gastan al ficharlos. "Si se trabaja bien en fuerzas básicas y estos jugadores están a la altura de la Primera División, no va a haber extranjeros. Lo que el club más quiere es construir su patrimonio con sus mismos futbolistas para ser un club más grande, un club mejor. Puede sonar mal, pero no es malo lo que digo".

El portero detalla que en Argentina también hay jugadores de otros países en la liga local, pero que no se habla del tema a comparación de como se hace en México. "Lo más importante es educar a quien llegue a Primera División. No se puede conformar con debutar, tiene que permanecer y ser regular. Muchas veces se confunde en que el extranjero tiene la culpa de que no juegue un mexicano, cuando el extranjero viene a trabajar y a tratar de dar su mejor desempeño".

NO LO BUSCARON
El arquero cumplirá su cuarto torneo con el cuadro santista. Desde su primer semestre en el futbol mexicano se manejó la posibilidad de que fuera transferido al América, como ocurriera con Christian Benítez, Darwin Quintero y Oribe Peralta.

"Nunca me han llamado, ni a mí ni a mi representante. Es un club que respeto, una institución importante en el futbol mexicano, pero no ha habido ningún tipo de contacto", afirma.

GUIÑO AL VIEJO CONTINENTE
La entrevista se realizó una semana y media antes de que medios argentinos lo relacionaran con Boca Juniors. Al guardameta de 28 años se le preguntó si hubo ofertas del futbol europeo para contratarlo.

"Uno a veces no se entera de lo que pasa. Santos optó por no dejarme ir. Me quedan dos años y medio de contrato, respetaremos eso y después veremos qué es lo mejor para el club y para mí. La única plática que tuve fue para reestructurar mi contrato, sumarle años. Como jugador quiero asegurarme mi futuro, aunque soy muy joven para la posición en la que juego. Por ahora vivo con mucha tranquilidad, estoy cómodo y tengo estabilidad con el equipo ", destaca.

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