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Los superhéroes 'clásicos' de Sacha Goldberger

El reconocido artista francés se ha vuelto popular en el mundo gracias a sus fotografías de superhéroes y supervillanos 'vintage'. El objetivo, dice, no es publicitario, sino artístico. "Lo que intento demostrar es que también son humanos, que pueden ser sensibles, frágiles", asegura. 

Sus fotografías de superhéroes y supervillanos ataviados con golas del siglo XVI han dado la vuelta al mundo a través de las redes sociales. Atrapó a millones con su peculiar sentido del humor y una forma inédita de preguntarse por la realidad de estos seres inmortales, pero también por su estética: ¿cómo hubiera retratado un pintor de la escuela flamenca a Superman, a Batman o a Gatúbela?

La fascinación por el envejecimiento y humanización de los personajes con habilidades sobrehumanas ya había caracterizado las piezas de Sacha Goldberger, como se ve en la serie Super Mamika, en la que muestra a su abuela como símbolo de los súper poderosos de la tercera edad. Más allá del guiño humorístico, su mirada busca revelar la fuerza oculta de las personas, o bien, su vulnerabilidad.

"Los superhéroes son muy fuertes, son invencibles. Eso es parte de la cultura estadounidense. No mueren, no envejecen. Superman es El hombre de acero, no el hombre de carne. Lo que intento demostrar es que también son humanos, que pueden ser sensibles, frágiles. Es un contraste entre la cultura norteamericana y la europea de los siglos XV y XVI", dice el artista francés en entrevista desde París, donde reside. Así fue que Spiderman, Batman, Darth Vader o la Mujer Maravilla dejaron los atuendos ajustados y vistieron accesorios renacentistas, aunque conservaron las capas para su sesión fotográfica.

"Con los superhéroes y con mi abuela quise demostrar qué es lo que le pasa a estos personajes cuando envejecen. Ya no son tan perfectos, ya no vuelan; ya toman un taxi", bromea el fotógrafo profesional, quien ha colaborado para la revista So Chic, en la que se ha desarrollado como fotógrafo de moda, así como para Canalsat de Francia, que ha proyectado sus imágenes de escenas cotidianas en las que las personas portan máscaras antiguas.

Frederika, la abuela a la que retrata como una superheroína que realiza labores cotidianas, realmente lo fue: la mujer de origen húngaro salvó a 10 personas durante la Segunda Guerra Mundial, a riesgo de perder la suya. Sobreviviente del nazismo, tuvo que abandonar su país. Los años pasaron y la depresión la invadió. Su nieto, preocupado, la quiso reanimar y la involucró en sus fotografías. Al principio Mamika no era muy entusiasta, pero poco a poco, con el humor y la relación con su nieto, las poses surgieron de manera natural, a lo largo de tres años.

Sacha inmortalizó a su antecesora en el libro My mighty Little Grandmother (que cuesta 9 dólares en Amazon). Su otra publicación, Little Book of I Love You, que presenta tanto imágenes como mensajes amorosos, ha vendido más de 100 mil copias a nivel internacional.

PRODUCCIÓN COMPLEJA

Sus creaciones favoritas, dice Goldberger, fueron Gatúbela y Hulk. La mujer de destreza felina fue la primera a la que fotografió y con ella delineó la estética de la serie. Pero confiesa que la pieza que le fascina es la del hombre verde: "fue complicado retratar a Hulk porque el intérprete estaba actuando como el personaje y en el siglo XVI no podía ser una bestia. Tuvimos que encontrarle una actitud romántica, melancólica".

Para lograr las imágenes al estilo flamenco de hace 500 años de la serie Super Flemish, el artista requirió un equipo de 110 personas entre actores, una diseñadora de vestuario especializada en teatro e historia, maquillistas y técnicos de producción. Tres horas de labor cosmética les tomó caracterizar al Guasón, basado en la versión fílmica de Christopher Nolan. "Empezó a actuar como loco y eso se puede ver en la foto", recuerda. Por eso contrató actores, para lograr la expresión de los personajes.

Goldberger explica su gusto por las estrellas de historietas en un requerimiento de la psique humana. "Necesitamos tener modelos de ese tipo para sentirnos mejor, para tener gente en la que se pueda creer. Es como la mitología del siglo XXI".

Aunque sus piezas no están a la venta, excepto en sus libros, Goldberger ha recibido numerosas ofertas, entre ellas la de una agencia publicitaria brasileña que pretendía utilizar sus superhéroes para elaborar una campaña. Pero el autor se negó. "Son piezas de arte, no para publicidad o para hacer dinero".

Pero la obra de Goldberger no se limita a la reflexión sobre la vulnerabilidad y la fuerza, sobre la construcción de mitos o sobre la vejez. Entre sus series destaca Before and after (2011), en la que capta a corredores inmediatamete después de hacer ejercicio y, posteriormente, los retrata ya arreglados para salir a la calle. Su fin, explica, era mostrar el lado "bruto" de las personas, versus la manera en la que se presentan ante la sociedad.

"Intento contar historias en cada foto que hago. A veces son felices, a veces graciosas y otras muy tristes, pero siempre trato de contar una historia diferente en cada imagen".

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