Dividida en cinco apartados, Los Contemporáneos y su tiempo, que estará abierta hasta el 4 de septiembre en el Museo del Palacio de Bellas Artes, ofrece un acercamiento no sólo a la obra literaria, sino también a la teatral, cinematográfica y plástica de 11 escritores pertenecientes a Los Contemporáneos, nombre de la principal revista que los congregó.
Un total de 294 piezas, entre publicaciones, correspondencia, fotografías, esculturas, pinturas, dibujos, grabados, bocetos de escenografía y guiones cinematográficos, integran la exposición.
Magdalena Zavala, coordinadora nacional de Artes Plásticas, señaló que la muestra va a ser un punto de lanza en la dinámica de las exposiciones nacionales, donde la cultura aparece como una cuestión integradora.
Además, dijo, la exposición tendrá una serie de actividades paralelas, como un ciclo de películas en la Cineteca Nacional, del 2 al 11 de agosto, recorridos y charlas literarias, además de obras de teatro, pues la idea es reactivar la palabra de Los Contemporáneos e invitar a su lectura, ya que fue una generación fundamental en el imaginario nacional mexicano.
Miguel Fernández Félix, director del Museo del Palacio de Bellas Artes, aseguró que para ese recinto es un privilegio albergar la muestra en las salas Nacional, Diego Rivera e Internacional, para hacer un homenaje a los 11 grandes hombres de esta generación: José y Celestino Gorostiza, Gilberto Owen, Bernardo Ortiz de Montellano, Jaime Torres Bodet, Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Enrique González Rojo, Carlos Pellicer, Jorge Cuesta y Samuel Ramos.
Arturo López, quien junto con Arturo Saucedo se encargó del concepto curatorial, precisó que la muestra arranca con un espacio introductorio donde el espectador podrá admirar retratos de los 11 contemporáneos a una edad promedio de 25 años, junto con el libro referencial de cada uno de ellos.
El público también observará la influencia que ejercieron los maestros de esa generación, como Alfonso Reyes, José Vasconcelos y Ramón López Velarde, y las ediciones originales que los marcaron, así como todos los números de la revista La Falange, editada por Jaime Torres Bodet.
Retratos al óleo y fotografías con las ediciones originales de las obras más representativas de los autores, entre ellas un retrato de Carlos Pellicer hecho por Diego Rivera y la primera edición de Muerte sin fin, de José Gorostiza, ejemplares de la revista Contemporáneos y sus publicaciones de crítica de arte que aparecieron en los boletines Carta Blanca, así como números de las revistas Artes Plásticas y El Hijo Pródigo, son presentadas en la muestra.
Para presentar el legado y el momento histórico que vivió esta generación, la exposición cuenta con audios, videos, una playlist en Spotify y bots de cada uno de los literatos vía Facebook, además de una mesa de lectura con fragmentos de sus obras.