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Les Luthiers festeja medio siglo con una antología

El legendario grupo argentino comenzó a celebrar este fin de semana en Buenos Aires su 50 aniversario con una nueva antología. La agrupación aún saborea haber ganado hace 20 días el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.

El legendario grupo argentino de instrumentos informales Les Luthiers, con sus montajes de música y teatro con humor, comenzó a celebrar este fin de semana en Buenos Aires su 50 aniversario con una nueva antología.

Una ovación sin pausa con más de 3 mil personas de pie puso el broche de oro al estreno de Gran Reserva, un show que volverán a llevar por escenarios de Latinoamérica y España, como cada año.

El festejo fue doble en el tradicional Gran Rex, templo de la música de la nocturna avenida Corrientes: Les Luthiers aún saborean haber ganado hace 20 días el premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.

"¡Gracias, gracias, gracias! Este premio es una de las pocas cosas en toda nuestra historia, ahora podemos confesarlo sin rubor, que soñábamos con ganar", dijo con su voz inconfundible de locutor de música clásica Marcos Mundstock, presentador y actor en cada fragmento desde que fundaron el ensamble, en 1967.

Una vez más, como en tantas noches de felicidad plena con el buen gusto y la gracia de la agrupación, el teatro se vino abajo de la emoción y el aplauso cuando Mundstock mencionó al inefable personaje de ficción que cumple con ellos 50 años: Johan Sebastian Mastropiero.

"Mastropiero sintió el llamado de la música y empezó a componer. Después de escuchar las composiciones, la música no lo llamó más", bromeó.

"Nuestra única pretensión en cincuenta años ha sido hacer un buen trabajo, aprender, mejorar y ejercer con altura este bendito oficio de hacer malabarismo con la música, las palabras y las ideas para que el público se ría a carcajadas", indicaron en un comunicado.

En Gran Reserva, los hombres de esmoquin y corbatín negros transitan por páginas inolvidables de otros shows, como la caricatura de un bandolero del lejano oeste en 'Lo que el sheriff se contó', o la parodia a la banalidad de la televisión en 'Entreteniciencia familiar'.

No queda en pie ni el bolero en solfa con "Perdónala", ni la procesión religiosa suplicante de pescadores en "San Ictícola de los peces", sin olvidar un ridículo batallón extraviado en combate en "La balada del 7ª Regimiento".

Uno de los momentos antológicos del medio siglo vuelve a ser 'Rhapsody in balls', duelo de piano a manos de Carlos Núñez Cortés contra el 'Bolarmonio', instrumento de viento a base de pelotas de voleibol que maneja como los dioses Jorge Maronna.

El grupo fue galardonado en 2011 con el Grammy Latino a la excelencia musical.

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