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Las pachucas, las olvidadas de la historia

Para ambientar su novela "Querubines en el infierno", el escritor Francisco G. Haghenbeck parte de un fatídico hecho ocurrido en el verano de 1943 en Estados Unidos. En la novela también aborda a las mujeres pachucas, representadas en el personaje de Elsie.

Francisco G. Haghenbeck parte de un fatídico hecho ocurrido en el verano de 1943 en Estados Unidos para ambientar su novela Querubines en el infierno (Suma, 2015). En la llamada noche del Zoot Suit Riots, soldados de la marina hicieron una cacería de jóvenes mexicanos, golpeándolos por vestir como pachucos y violando a las mujeres.

Haghenbeck narra en más de 400 páginas la historia de los migrantes mexicanos que, opina el escritor, desde hace cien años son considerados ciudadanos de segunda en ese país. Pero también aborda a las mujeres pachucas, representadas en el personaje de Elsie.

"En casi todos los estudios se habla poco de la pachuca, que es un elemento muy importante en la historia, sobre todo por la rebelión sexual. Fue el primer grupo de mujeres que vestía pantalones. En ese entonces era mal visto y lo hacían como una manera de imponerse, de rebeldía", explica el autor.

"Empiezan a tomar trabajos de hombres, como soldadoras y remachadoras, hasta convertirse en un icono. Rosie la remachadora, la imagen que tenemos hoy en día del feminismo, era una trabajadora descendiente de latinos".

En la trama, a partir de la violenta noche de marines contra pachucos, se dispara la aventura de los hermanos Elsie y Louis. Él va a la cárcel, acusado de matar a su primo durante los disturbios y se encuentra con la única opción de enlistarse en el ejército para combatir durante la Segunda Guerra Mundial. Ella tendrá que sobrevivir en una sociedad que les cierra las puertas a las pachucas.

"Es un problema de más de cien años y sigue ahí. No precisamente en la guerra, sino en el trabajo, la convivencia social; los mexicanos en Estados Unidos son segregados", advierte el quien se inspiró en una serie de artículos sobre los mexicanos que pelearon en la Segunda Guerra Mundial.

Se trata de un texto casi cinematográfico, lleno de imágenes; una cualidad que se desprende de su formación como guionista y dibujante de cómics. Actualmente escribe una novela gráfica y trabaja en la adaptación a este género de obras de Paco Ignacio Taibo II, Eduardo Antonio Parra y Élmer Mendoza,

El crisol del infierno
Francisco G. Haghenbeck
describe que la Segunda Guerra Mundial fue el infierno. "Si vemos las cifras, creo que la guerra cobra actualmente más o menos el diez por ciento de las muertes que hubo entonces. Es el evento más importante del siglo XX y en México lo hemos olvidado, como si no hubiera ocurrido, pero claro que sucedió, claro que nos afectó", opina el escritor.

"La Época de Oro del cine mexicano, el auge de las mineras o el auge turístico de Miguel Alemán no hubieran sucedido sin esa guerra".
A través de una ficción, Haghenbeck busca recuperar la historia. "La que nos han dado en Escuadrón es la oficial, maquillada, donde se inventan cosas como el Batallón 201, que nunca peleó, porque se dieron de baja dos aviones, uno nunca arrancó y el otro se cayó. Quiero recuperar la historia, pero la del de a pie, de nosotros, los no elegidos, los querubines, los que no llegamos a ángeles".

El escritor es originario de la Ciudad de México. Novelista, cuentista y creador de cómics, es autor del best seller Hierba santa. La fórmula de mezclar realidad y ficción está presente en otros dos de sus títulos: Trago amargo (2006), sobre un asesinato en la filmación de la cinta La noche de la iguana y La primavera del mal, que retoma la historia del tráfico de drogas en México desde principios del siglo XX.

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