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Las cenizas que dejó el derrumbe de los muros

El protagonista de esta historia nace en un país que ya no existe. La desaparición de un país europeo socialista es una alegoría de las ilusiones perdidas en "Memorias de un hombre nuevo" (Random House, 2015), de Daniel Espartaco Sánchez.

El protagonista de esta historia nace en un país que ya no existe. Una geografía ficticia que el autor retoma de la novela El prisionero de Zenda, de Anthony Hoppe. La desaparición de un país europeo socialista es una alegoría de las ilusiones perdidas en Memorias de un hombre nuevo (Random House, 2015), de Daniel Espartaco Sánchez.

El autor de Autos usados, novela ganadora del Premio Bellas Artes de Narrativa Colima para Obra Publicada 2013, retoma las preocupaciones políticas de este joven escritor, hijo de activistas de izquierda, en la que narra una historia de amor, amistad y familia que refleja un presente al borde del desastre.

Ruritania, la ciudad literaria que Espartaco retoma de Hoppe, es una especie de Unión Soviética en pequeño, explica el autor, que muestra al socialismo como la gran esperanza de una generación. "Los jóvenes de la generación de mis padres en México y en toda Latinoamérica admiraban a la Unión Soviética o a los países socialistas como el punto culminante al que querían llegar".

El amor, en tanto, se impregna también de desconsuelo. El protagonista sin nombre crece en el desencanto y vive en la superficialidad. Una ironía para un personaje identificado como el nombre nuevo. El socialismo -sostiene- decía que la nueva generación iba a ser pujante, llena de esperanza, pero en realidad, es una generación que creció con muy pocas expectativas.

Ambos, el protagonista y Daniel Espartaco, nacieron en 1977. Que el personaje vea la luz por una casualidad en una república que dejó de existir es una metáfora de la infancia del escritor.

"Yo crecí en un mundo muy diferente de este y me tocó ver cómo esa idea se vino abajo. La generación de mis padres militó en el socialismo, vivió la transición a la democracia, fundó en PRD y muchos de ellos se sienten traicionados al ver en lo que se convirtió la izquierda y el país. El libro intenta reflejar esa generación también", asegura.

Memorias de un hombre nuevo es una narración no lineal en la que se mezclan los tiempos igual que las ilusiones y la incertidumbre. Miriam, la madre, es una joven estudiante en la República de Ruritania que tras la desaparición de la ciudad regresa a México con su hijo recién nacido, quien conoce muchos años después a su padre, un preso político que logra su libertad.

El hombre nuevo se enamora, pero no se compromete. Es testigo de crisis sociales, pero no tiene ninguna militancia. Los padres conservan, sin embargo, algo de sus convicciones, pero con jóvenes como su hijo, queda poco de esperanza. La novela no es, a pesar de todo, pesimista. Se trata de una atractiva trama sobre las ideologías y los deseos.

El escritor creció con las historias de miedo de la generación de sus padres. "Los militantes del Partido Comunista podían ser detenidos por pegar carteles en las calles, cuando el PSUM ya era legal. La policía los levantaba sin ningún cargo, los torturaban y luego los soltaban, en algunos casos, los desaparecían. Es triste, esto no está en el libro, pero es algo que vengo pensando hace mucho. Lo que sucede ahora es peor y creo que tiene sus raíces en la represión de los años 70. Que México como sociedad, a diferencia de Argentina o Chile haya decidido no castigar a los militares o policías que desaparecieron personas, hace que los errores del pasado se repitan", afirma, sin desencanto. Daniel Espartaco Sánchez es originario de Chihuahua. Es autor de varios libros, entre ellos, Cosmonauta, de 2011, y Autos usados, de 2012.

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