After Office

El Met supera crisis sindical e inaugura temporada de ópera

El espectáculo inició en la Ópera Metropolitana de Nueva York, con una deslumbrante producción nueva de "Las bodas de Fígaro", de Mozart. Vestidos con sus mejores galas y tras pagar hasta mil 750 dólares por entrada, el público llenó casi por completo los tres mil 800 asientos del teatro.

NUEVA YORK.- Luego de un verano de incertidumbre, por conflictos sindicales, el sonido de la discordia dio paso a la música alegre en la inauguración de la temporada de la Ópera Metropolitana de Nueva York, con una deslumbrante nueva producción de Las bodas de Fígaro, de Mozart.

Hace apenas dos meses parecía que la temporada no arrancaría en tiempo y forma, ya que la empresa, sumida en dificultades financieras, amenazó a sus sindicatos con un cierre patronal a menos que aceptaran considerables rebajas de salario en un nuevo contrato colectivo. Los sindicatos que representan a la mayoría de los artistas y técnicos, señalan que el gerente Peter Gelb ha malgastado fondos.

Pero un mutuo acuerdo evitó el cierre de la organización de artes escénicas más grande de Estados Unidos y el espectáculo pudo continuar, tanto dentro del edificio como en las pantallas gigantes situadas para su disfrute gratuito en la plaza del Lincoln Center y en Times Square.

"Los representantes de la Ópera Metropolitana han logrado cerrar un acuerdo con dos sindicatos, el Local 802 y la American Federation of Musicians and the American Guild of Musical Artists (AGMA)", anunció el Servicio Federal de Mediación y Conciliación (FMCS).

Aunque no todo fue armonía en la noche de apertura. Frente a la ópera, al otro lado de Broadway y rodeadas de barricadas policiales, cientos de personas que representaban a grupos judíos ondearon pancartas y corearon lemas para protestar contra los planes de la Met de escenificar la ópera de John Adams La muerte de Klinghoffer de 1991. Los manifestantes, muchos de los cuales admitieron no haber visto la ópera, afirmaron que glorifica a los terroristas y alimenta la animosidad antisemita. 

Al final, por fin los espectadores, vestidos con sus mejores galas tras pagar hasta mil 750 dólares por entrada, llenaron casi por completo los tres mil 800 asientos del teatro. El público disfrutó una memorable interpretación de la inmortal comedia de Mozart, dirigida por James Levine y con la soprano estadounidense Amanda Majeski en el papel de la condesa.

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