After Office

La cerrada batalla por el CY Young de la Liga Nacional

Jack Arrieta, Zack Greinke y Clayton Kershaw son los tres beisbolistas más sólidos para adjudicarse el Cy Young al mejor pitcher en las Grandes Ligas.

El trofeo está dedicado a un jugador imposible: Cy Young, El Gran Ciclón de Ohio, ganador de 511 partidos en más de 900 apariciones. Para la pelota mortal esos números son inalcanzables ahora. Sin embargo, como desde hace mucho no sucedía, en esta ocasión la decisión de otorgar el mayor reconocimiento al mejor lanzador de la Liga Nacional no será, en absoluto, sencilla. ¿Por qué? Los tres más firmes candidatos tienen méritos suficientes para hacerse cargo de la responsabilidad.

Jack Arrieta, el número 49 del Cachorros, realizó la mejor segunda parte de temporada de todos los tiempos. Su efectividad (0.75 de carreras limpias admitidas) después del Juego de Estrellas es la más baja en ese periodo de la campaña. Por si fuera poco, ganó sus últimas 11 salidas. En resumen, Arrieta pertenece al selecto club de los pitchers que ganan más de 20 partidos (22, contra seis perdidos y solamente cuatro completos) y su promedio anual de carreras por cada nueve entradas lanzadas es menor a dos (1.77). Firme candidato, pues, para el premio porque además presume un año de 236 ponches. Pero...

Zack Greinke, el abridor de 23 millones de dólares del Dodgers (ya ganador del Cy Young de la Americana en 2009, con el Reales de Kansas City), tiene sus méritos propios. Hasta el 25 de julio su efectividad era de apenas 1.30 y logró mantener una racha de 45 entradas y dos tercios sin recibir carrera. Quedó a 14 de las (59) conseguidas por Orel Hershiser en 1988. Terminó la campaña con 19 ganados y tres perdidos, y un 1.66 de efectividad (la más baja desde el 1.63 de Greg Maddux del Bravos del 95). No es nada despreciable su colección de 200 ponchados.

El tercero en discordia, también del rol de pitcheo de Los Ángeles, Clayton Kershaw (ganador de tres de los últimos Cy Young del Viejo Circuito), terminó el curso con 301 ponches, el primero desde que Randy Johnson y Curt Schilling lo hicieran en 2002. Pero sus decisiones no fueron la parte más sólida de su perfil: 16-7 y 2.13 de efectividad.
"Si se observan los numeritos, por Dios, cualquiera de los tres puede hacerse del premio", aseguró, como muchos otros, el mánager del Bravos, Fredi González. "Santo Cielo, la decisión vaya que será difícil".

No aparece en la lista de candidatos al premio, pero el cubano Aroldis Chapman, del Cincinnati, lanzó las 62 pelotas más rápidas de la campaña en las Mayores. Sus lances al plato oscilaron entre 103.92 y 102.36 millas por hora, según el conteo de la Gran Carpa. Nathan Eovaldi mandó la 63 más veloz con 102.35 mph.

También lee: