La arquitectura y su aportación a la vida en comunidad

Actualmente la arquitectura se manifiesta como un símbolo de superioridad, advierte el artista escénico español Ernesto Collado. "Europa y América comparten una especie de obsesión por construir. Construimos teatros cuando no hay compañías, o no apoyamos a los artistas. No se apoya a los escritores y se hacen grandes bibliotecas. Es como si un ladrillo se hubiera convertido en una manera de visualizar el poder", enfatiza.

El crecimiento de las ciudades, agrega, es brutal; encuentra más humanidad en los barrios que se han ido generando a través de la autoconstrucción, que en aquellos diseñados desde las altas esferas. Por eso creó, junto con el italiano Piero Steiner el espectáculo Constructivo, que presentará su última función el 27 de agosto en el Museo del Chopo.

En el montaje, los artistas interpretan a dos trabajadores de la construcción, Luigi Maestrini y Rafael Lanza, quienes se conocieron en Ginebra, Suiza, elaborando el acelerador de hadrones del CERN (la Organización Europea para la Investigación Nuclear). Pasaron siete años de sus vidas construyendo algo que no comprendían, y eso les hizo hacerse algunas preguntas.

“Los dos hablan de temas trascendentales con una dosis de poesía y de humor, incluso momentos melancólicos. El público se siente identificado con estos personajes que resuenan en el universo de cada uno”, dice.

Collado afirma que la arquitectura es una alegoría de la sociedad contemporánea, que delega a la autoridad las decisiones políticas, estéticas y otros asuntos fundamentales. "Define nuestras calles, nuestras plazas, nuestras casas, pero también nuestra existencia. ¿Cómo puede ser que eso se haya entregado a gente totalmente ajena a la vida real?", cuestiona el actor.

De acuerdo con los artistas, que estuvieron en 2015 en la Muestra Nacional de Teatro en Guadalajara impartiendo un taller escénico titulado Fingir verdaderamente, la gente no habla de este arte porque supone que es un tema que no les concierne. "Así como desde hace decenios en Europa la gente ya no hablaba de política porque suponía que la hacían otros. No se puede delegar en cosas que son fundamentales para el entendimiento humano y es lo que cuestionamos en el espectáculo".

Este proyecto se ha presentado en edificios abandonados o en construcción, y espacios intervenidos de Europa y América con el mismo modelo de trabajo: un espectáculo, un taller y recorridos por las calles aledañas al lugar donde se escenifica.

"En esta ocasión quisimos desarrollar en el taller un argumento sobre cuánto nos preocupa, nos ocupa o nos molesta el otro ser humano que está compartiendo la vida con nosotros", explica Piero Steiner.

Es, pues una obra de una obra en construcción.