En términos literarios, el título indicado para esta historia podría ser Una serie de eventos desafortunados, con la salvedad que ellos conduciría a un final feliz: nada menos que disputar el Super Bowl LIII.
Case Keenum y Nick Foles, quarterbacks de Vikingos de Minnesota y Águilas de Filadelfia, respectivamente, quienes el próximo domingo disputarán la Final de la Conferencia Nacional, escenificarán un duelo de dos jugadores beneficiados por aquella serie de hechos.
Keenum y Foles, quienes fueron compañeros en los Carneros de Los Ángeles durante 2015, han desarrollado su carrera en la NFL sin la etiqueta de estrellas, a grado tal que al arranque de la temporada eran reservas de Carson Wentz y Sam Bradford.
Ahora, buscarán imitar lo antes hecho sólo por nueve mariscales de campo en la historia: dejar la banca y llevar a sus equipos hasta el Gran Domingo.
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DE LA OSCURIDAD A LA LUZ
Pese a que los resultados en el emparrillado no fueron lo que la afición de los Carneros deseaba, Nick Foles y Casey Keenum desarrollaron una buena amistad en su rol como suplentes del equipo.
Los Carneros vivían su última temporada en San Luis y eran considerados uno de los peores equipos ofensivos. Luego de 10 semanas y acumular una marca de 4-6, Keenum relevó a Foles al frente del ataque, sin una mejora sustancial.
"Nick es uno de mis mejores amigos, disfruté mucho la temporada que compartí con él y lo que aprendimos juntos", dijo Keenum esta semana respecto a Foles, y relató que ambos durante la temporada charlan para intercambiarse consejos y darse tips, pero que no cree que eso sucedería esta semana, cuando se enfrenten en la antesala del Súper Tazón.
"Seguramente le daré un abrazo y charlaremos tras el partido", agregó Keenum, quien llegó a la NFL pese a no ser reclutado por ningún equipo en el Draft. Antes de los Vikingos, probó suerte con Texanos y Carneros, en los que apenas gana nueve partidos en 26 intentos.
Inesperadamente, en los 15 partidos como titular de los Vikingos en la temporada 2017, elevó su nivel y terminó con un rating para quarterback de 69.8 por ciento, encima de nombres como Tom Brady (67.4); Dak Prescott (66.3) o Matt Ryan (63.7), además de un balance de 22 pases de TD y sólo siete intercepciones.
Foles, por su parte, intenta finalmente responder a las expectativas que generó en su primera etapa con las Águilas, de 2012 a 2014, en las que llegó a ser titular y ser nominado al Pro Bowl en 2013; sin embargo, la falta de regularidad le llevó a una odisea por la NFL en la que también probó suerte con Carneros (2015), Jefes (2016) y luego retornar a Filadelfia este año.
Uno de sus momentos más sublimes se dio el 3 de noviembre de 2013, cuando lanzó siete pases de anotación, un récord que comparte con otros siete quarterbacks.
Ahora, tanto Keenum como Foles buscarán imitar lo hecho por sólo otros diez quarterbacks en la historia: dejar la banca y guiar a su escuadra al Super Bowl.
El primero de ellos, lo fue Earl Morrall, quien tomó el lugar de Johnny Unitas para ganar el Super Bowl V con los Potros de Baltimore.
Casos parecidos se dieron con Roger Staubach, en Vaqueros; Terry Bradshaw, con Acereros; Jim Plunkett, con Raiders; Doug Williams, con Pieles Rojas; Jeff Hostetler, con Gigantes; Kurt Warner, con Carneros; Trent Dilfer, con Cuervos y Colin Kaepernick con 49'S.
Tom Brady en 2001 relevó a Drew Bledsoe en la ofensiva de Patriotas para ganar el Super Bowl XXXVI…y luego cuatro ediciones más.
Y Brady sigue firme en la Conferencia Americana.