After Office

Kaufmann, una gran voz en vilo

Jonas Kaufmann, la gran estrella de la ópera mundial, termina un año de cancelaciones con un inquietante mutis, tras sufrir una lesión en las cuerdas vocales.

El año comenzó con una cancelación en el Met. "Una situación recurrente", la queja replicada ad infinitum en Internet. Jonas Kaufmann (Múnich, 1969) dejaba de participar en la producción de Manon Lescaut programada para febrero, por cuestiones de salud. Era el segundo plantón a la casa neoyorquina en menos de un año, tras la suspensión de su actuación en Carmen.

El Teatro Real, en Madrid, también se quedó con un palmo de narices a causa de una sinusitis, informaron algunos, o de un resfriado, publicaron otros.

Tras acumular una serie de contratos incumplidos, el 1 de octubre sonó la alarma: el tenor -una de esas figuras que surgen una vez cada década-, quien había anunciado que descansaría durante un mes por problemas de salud, dejó en blanco su agenda por un mes más.

En ese lapso se quedaron con ganas de verlo varias ciudades europeas. Londres se lo perdió en Las Troyanas, en la Royal Opera House; Múnich también lo extrañó en Los Maestros Cantores de Núremberg, lo mismo que Budapest y Berlín, donde iba a dar un par de recitales –en esta última, en la Ópera Estatal.

"Lamento que mis cancelaciones hayan sido causa de muchas decepciones y frustración durante las últimas semanas", dijo en una carta dirigida a la Ópera de París, donde iba a cantar Cuentos de Hoffmann. En ella se disculpaba, especialmente, con aquellos fans que viajan –algunos incluso atraviesan el Atlántico- con el sólo fin de escucharlo en vivo.

"Cuando noté que había algo mal con mi voz, primero pensé que era una infección. El examen médico, sin embargo, dio un resultado distinto: los efectos secundarios de un medicamento provocaron que una pequeña vena en mis cuerdas vocales estallara", explicó.

De no guardar el descanso necesario, su instrumento, privilegiado con un timbre tostado que dota de un carácter baritonal su brillante cuerda de tenor, se habría estropeado de forma irreversible.

¿Otra víctima del burnout?
Kaufmann
no es solamente un portento vocal de peculiar belleza tímbrica y estilística. Aunque su frialdad en la canción mediterránea ha sido motivo de crítica, abarca con elegancia las distintas exigencias de un repertorio amplio y diverso que tiene sus fortalezas en Verdi, Puccini y Strauss, y es capaz de recurrir a la delicadeza del lied –que ha cultivado a lo largo de su trayectoria- para colorear pasajes de los heriocos roles de Wagner. Es además buen actor y -no menos importante para el starsystem operístico- posee un look de pantalla grande.

La carrera que comenzó en Alemania en 1992, rápidamente se consolidó en los más importantes escenarios europeos. Pero fue hasta hace 10 años, cuando debutó en el Met como Alfredo, en La Traviata, que capturó los ojos y oídos del mundo. Desde entonces accedió a ese Olimpo contemporáneo en el que las agendas sin huecos parecen haberle cobrado factura este 2016.

La debacle sufrida este año por el muniqués suena familiar. En 2009, otro favorito de la ópera mundial culminó un rosario de cancelaciones con un colapso, del que nunca se repuso del todo, y que hizo del mexicano Rolando Villazón un icono del agotamiento y estrés anatómico al que se somete a los opera stars.

Si bien es normal que los atletas de la voz se enfermen, siempre es noticia cuando una gran figura suspende apariciones en escenarios como la Scala o el Covent Garden, como en el caso del tenor alemán, cuyo historial de cancelaciones frecuentes se remonta a 2013. Los oidos del mundo operístico contemplan con preocupación su silencio, mientras aguardan la noticia de su regreso a los escenarios.

Los claros del oscuro 2016
Si bien éste ha sido el año crítico en la carrera de Kaufmann -que próximamente llegará al cuarto de siglo-, a la vez trajo para el cantante la Cruz Federal al Mérito, la más relevante distinción civil que otorga Alemania. Además, la televisora ZDF estrenó el documental, road movie y concierto Mein Italien, y el álbum de música italiana Dolce Vita se sumó a su discografía, que supera los 20 títulos.

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