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Kafka y Guattari abren territorio para la escena

Con el estreno este jueves del espectáculo '65 sueños de Kafka según Guattari', concluye la residencia La herida y el cuchillo que realizó la artista argentina Marciel Álvarez, junto a Emilio García Wenbi, en el Museo Universitario del Chopo.

La única forma de resistencia ante la descomposición social está en las minorías, dice la artista argentina Marciel Álvarez, quien con el estreno, el jueves próximo, del espectáculo 65 sueños de Kafka según Guattari, concluye la residencia La herida y el cuchillo, que realizó junto a Emilio García Wenbi en el Museo Universitario del Chopo.

"Nosotros mismos, como artistas, somos una minoría sin ningún poder real. El arte es accesible para unos cuantos y sin embargo es lo único que nos queda", reconoce en entrevista. Y es que todo lo que ha sido absorbido por el establishment o por los poderes de turno se asimila y deja de ser incómodo, inquietante, observa la artista.

"Los que permanecen en estado de resistencia siguen siendo aquellos que forman parte de comunidades que son minorías en términos políticos y discursivos, pero por supuesto que nos interesan esos espacios por su valor simbólico", asegura.

Durante su estancia en el Museo del Chopo los artistas, que además son esposos, crearon el espectáculo 65 sueños de Kafka según Guattari, inspirado en varias obras de Félix Guattari y Gilles Deleuze, Jorge Luis Borges y William S. Burroghs. Su premisa fue cómo trabajar los sueños a partir de su lenguaje visual y escénico.

ACUDA
Qué: '65 sueños de Kafka según Guattari'
Dónde: Museo Universitario del Chopo. Enrique González
Martínez 10, Santa María La Ribera
Horario: 24 de noviembre al 11 de diciembre. Jueves y viernes 20:00; sábado 19:00 y domingo 18:00 horas

"En su ensayo 65 sueños de Kafka, Guattari escribe sobre el espacio onírico, pero también sobre la obra y la biografía del escritor. En otro ensayo, que escribió con Deleuze (Kafka. Por una literatura menor) desarrollan el concepto de desterritorialización en la literatura de Kafka, porque escribe en un idioma que no es su lengua materna y produce una literatura que ellos consideran 'menor' en cuanto a que representa una minoría. Ahí encontramos una resonancia", explica la artista.

En sus ensayos, Deleuze y Guattari plantean un concepto que, de acuerdo a la artista argentina, es rotundamente actual. El rizoma, que se refiere al abandono de toda certidumbre.

"Relacionamos estas ideas con el sueño, el espacio donde el individuo puede desarrollarse con una cierta libertad que cuando está despierto no puede desatar, porque vive bajo ciertas normas impuestas por la sociedad", dice.

A pesar de que el espectáculo toma su nombre del ensayo de Guattari, Marciel Álvarez explica que ésta no es una versión escénica del texto, ni de la obra de Kafka.

"Nada se menciona literalmente. Son conceptos que habitan la obra. No es un espectáculo que responda a categorías puras o aristotélicas. Los intérpretes están en una antesala, no se puede definir del todo, pero se asemeja a lo que fue un hogar o una institución, un lugar por cierto opresivo en el que esperan que algo suceda", destaca.

Mientras esperan, los siete intérpretes (artistas mexicanos dirigidos por los argentinos), narran sus sueños, en los que todo lo que sucede es más amable que la realidad pero, ataja la artista, no es un montaje optimista.

"Plantea que el tiempo es cíclico, que todo lo que concluye vuelve a conectar con el principio y el principio con el fin. Pareciera que no hay una salida posible. Los tiempos que corren son difíciles y nos brindan pocos espacios para sentirnos esperanzados", afirma.

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