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José Solé, el hombre que fue el teatro mismo

La muerte lo encontró el pasado miércoles alrededor de las ocho de la noche, en el umbral de su casa. Un infarto fulminante terminó con la vida de José Antonio Celso Solé Nájera, José Solé, uno de los pilares del teatro en México.

Tenía 87 años y dedicó casi 70 a la escena en México. De acuerdo con su cuidadora, Amanda Alvarado García, la muerte lo encontró el pasado miércoles alrededor de las ocho de la noche, en el umbral de su casa. Un infarto fulminante terminó con la vida de José Antonio Celso
Solé Nájera, José Solé, uno de los pilares del teatro en México.

Primeros años
Formado por grandes maestros, con Julio Prieto estudió diseño de escenografía. Ya había cursado actuación en la Escuela de Arte Teatral del INBA, a donde ingresó con su amigo de la infancia, Carlos Ancira. André Malraux, Clementina Otero, Xavier Villaurrutia, Salvador Novo y Fernando Warner fueron sus profesores. En París estudió dirección con René Dupoy.

El actor
"Todos los vivos tienen suerte... evidentemente, el despertar no es siempre muy alegre"; con esta línea comenzaba uno de los diálogos de La loca de Chaillot, de Giraudoux, la primera obra en la que actuó, en 1949. Participó en otras puestas, como Muertos sin sepultura, de Sartre; El hombre, la bestia y la virtud, de Pirandello, y El cuadrante de la soledad, de Revueltas.

El director
Su primer montaje fue Antígona, de Anouilh. En esa época dirigió obras de Eurípides, Shakespeare, Ionesco y Chéjov, entre otros. Abordó todos los géneros de la escena, en producciones del Estado y de empresarios como Jorge Ortiz de Pinedo y Rubén Lara, quien produjo en enero de 2016 Rosa de dos aromas, la última obra que Solé dirigió.

La ópera
Cultivó también la mayor de las artes. Fue un género que apoyó también como funcionario; fue coordinador nacional de Teatro del INBA, de 1977 a 1987 y de 1991 a 1995. Durante su gestión se montaron 37 obras entre óperas, vodeviles, dramas y comedias. En agosto de 2015 dirigió la puesta de El elíxir de amor con la Compañía de Ópera de Morelos en una producción de la UNAM. "Una vez le dije a un joven director de escena cuyos montajes pretendían ser modernos, con el argumento de no dejar morir la ópera: 'Mejor déjala que se muera en paz y no ahuyentes al público con tonterías'", refirió entonces a El Financiero.

Enamorado del teatro
José Solé contaba que la primera puesta que lo sorprendió fue Cyrano de Bergerac, con Fernando Soler, en el Palacio de Bellas Artes. Con la intención de difundir el arte dramático fundó la Compañía Nacional de Teatro, el Centro de Investigación Teatral Rodolfo Usigli y la Muestra Nacional de Teatro. También, dirigió la escuela que fue su alma mater.

Los títeres
Fueron para él inspiración y legado. Tanto el lenguaje como los muñecos en sí lo cautivaron desde la infancia. Decía que su forma de dirigir tomaba elementos de sus movimientos. Como funcionario, él adquirió los títeres de la Compañía Rosete Aranda para el INBA.

Los premios
Su trayectoria fue reconocida. Recibió la Orden de San Jorge por su labor en pro de la cultura griega, la distinción 250 años de la Academia de Artes de Moscú; la Medalla Bellas Artes, y el Premio Nacional de Ciencias y Artes, entre numerosos galardones.

Iniciativas oficiales
Solé impulsó la construcción de los teatros del IMSS. Por invitación de Julio Prieto, formó parte del grupo de creadores que se presentaban en los foros del Seguro Social, entre ellos Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Seki Sano, Julio Bracho e Ignacio Retes. Era el más joven del colectivo.

Sus actores
Dirigió a grandes figuras. Ofelia Guilmáin, Nati Mistral, Mónica Serna, Antonio López Mancera, Salvador Sánchez, Yolanda Mérida, Kitty de Hoyos, Rubén Rojo, Nadia Haro Oliva, Arturo Beristáin, Carlos Riquelme, Ignacio López Tarso, Sergio Bustamante, Rodrigo Murray, Laura Zapata y Cynthia Klitbo son sólo algunos de los profesionales con los que trabajó.

Parte médico
Su salud estaba minada. De acuerdo con su cuidadora, el médico le advirtió al artista que su corazón estaba crecido, pero le permitió llevar una vida normal. Una característica de su personalidad era el uso de un micrófono para hablar, pues su voz era poco audible debido a una traqueotomía que le practicaron por un cáncer en las cuerdas vocales.

La dinastía Solé
José Solé nació el 28 de julio de 1929 en la Ciudad de México. Sus padres fueron la mexicana María Magdalena Nájera y el español Joan Solé. Le sobreviven tres hijos: Guillermina, María y José, así como su esposa, María Teresa Calderón.

Un espacio con su nombre
En 1999 abrió el Foro José Solé, en un inmueble de Tlalpan que fue la capilla del Colegio Marista para Señoritas, que data de finales del siglo XIX. En 2016, luego de ser remozado, el recinto entró nuevamente en funcionamiento.

En sus palabras
Definía al teatro como la pasión de su vida. "Es una forma de contar, unas veces con alegría, otras con severidad, lo que ha pasado, lo que pasa y lo que puede pasar". Se reconocía como el director con más puestas en escena, unas acertadas y otras no. "Parafraseando a Jean Cocteau, doy gracias a los dioses porque no existe la policía teatral, ya que de existir, por algunas cosas que he hecho, estaría en la cárcel", declaró a la revista Siempre!.

LO QUE VIENE
La comunidad teatral le rendirá homenaje el próximo 27 de marzo, Día Internacional del Teatro, en el Palacio de Bellas Artes. "José Solé fue el teatro mismo y vivió con pasión y entrega esta expresión, con la que construyó una de las más brillantes trayectorias", dijo la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, quien acompañó a la familia en una guardia de honor durante el funeral que tuvo lugar ayer en la Ciudad de México. El productor Morris Gilbert anunció que dedicará su próximo montaje, La estética del crimen, a su memoria.

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