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Javier Camarena enamora al Auditorio en su debut

Nunca antes se había presentado en el Auditorio Nacional. Por eso fue especial la noche del jueves en la carrera del tenor Javier Camarena, quien sigue cosechando éxitos alrededor del mundo. 

Con una espléndida y lúcida interpretación de la Obertura de "El barbero de Sevilla" de Gioachino Rossini (1792-1868), el tenor Javier Camarena (Xalapa, 1976) sorprendió una vez más al público amante de la ópera al iniciar anoche, en el Auditorio Nacional, la última estación de su gira por el país "Príncipe entre tenores".

El telón de ese espacio de cultura y espectáculos se levantó por primera vez para este artista de fama internacional. Y en el escenario, lo esperaba la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM) y al frente de ella el maestro José Areán, de enérgica y precisa batuta, para dirigir a los músicos por la senda de una velada sonora inolvidable, por sublime.

De ahí, saltó en el tiempo y en el espacio, entre autores y estilos, para elevar la voz con "La cenicienta" acompañado por las voces de los talentos mexicanos Josué Cerón (barítono) y Rebeca Olvera (soprano), y Carsten Wittmoser (experimentado bajo-barítono alemán de opulenta voz). La interpretación resultó de fantasía y ensueño.

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Otras voces privilegiadas convocadas para la lluviosa noche de ayer fueron las de Guadalupe Paz (mezzosoprano), Karen Gardeazabal (soprano) y Juan Enrique Guzmán (tenor), cantantes mexicanos a los que Javier Camarena apoya en sus carreras.

A la gala también se invitó a otro bajo-barítono de larga experiencia, el italiano Stefano de Peppo, quien intercambia con Camarena una profunda amistad y admiración profesional.

Las voces, sin embargo, se multiplicaron en el escenario, pues la presencia del Coro En-Harmonía Vocalis, dirigido por el maestro Fernando Menéndez, hizo de las suyas al acompañar al tenor veracruzano en el concierto que por méritos propios ya quedó inscrito en los anales de la ópera en México.

En un paréntesis del concierto, a través de una gran pantalla, uno de los más importantes mentores de Camarena, el maestro y tenor lírico de reconocimiento internacional José Francisco Araiza (Ciudad de México, 1950) se congratuló por la brillante carrera del cantante estrella de "Príncipe entre tenores" y le deseó que sigan los éxitos.

Para deleite del público, luego vinieron "Si, ritrovarla io giuro", también de "La cenicienta", aria con la que, por cierto, Javier Camarena hizo historia en el Metropolitan Opera House (MET) de Nueva York, y "Prendi, l'anel ti dono" de "La sonámbula" del autor italiano Vincenzo Bellini (1801-1835), actuación que fue reconocida con ovaciones.

En el crepúsculo del concierto, con una luna menguante escenográfica en el fondo, y un sofisticado juego de luces, Javier Camarena sublimó su presentación con todo el dolor, lágrimas y fortaleza de "El rapto en el serrallo", obra tres actos del austriaco Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) y libreto del dramaturgo polaco Gottlieb Stephanie (1741-1800).

Con la emoción abrazando fuertemente a cada uno de los espectadores, el tenor elevó su canto con "Lucia de Lammermoor", de Gaetano Donizetti (1797-1848), interpretando la que tal vez sea la parte más sentimental, de esta obra, "Chi mi frena in tal momento". Con esto, Camarena conquistó y reconquistó a los asistentes.

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