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Jaguar: un lujo para amantes de la velocidad

Con precios que sobrepasan los 50 mil dólares por unidad, no cualquiera puede tener la dicha de manejar estos autos que cuentan con sofisticadas máquinas, capaces de alcanzar los 100 kilómetros por hora en apenas cuatro segundos.

En la ficción, el espía más famoso del mundo, James Bond, maneja autos deportivos Aston Martin para escapar de los villanos que lo persiguen. En la vida real, Daniel Craig, quien personifica al agente 007 en la última versión de la saga, prefiere tener en su garaje un Jaguar.

George Harrison, ex guitarrista de los Beatles, era otro apasionado de estos autos británicos: tenía una gran colección y con su muerte, en 2001, se cotizaron mejor. De la misma forma, la admiración por la ingeniería y lujo de estos vehículos inspiró la canción Jaguar, de la banda inglesa The Who.

La marca tuvo un declive, hasta que fue adquirida por la compañía india Tata Motors en 2008. La empresa se fortaleció y decidió enfocarse a los autos de lujo.

"Nuestros autos son artesanales y son fabricados con el máximo lujo. Si ponemos piel es verdadera piel, igual con la madera; nada de imitaciones, buscamos lo mejor", afirma Joseph ChamaSrour, director general de Jaguar Land Rover.

"Los autos Jaguar son como el Palacio de Buckingham en ruedas", afirma el ejecutivo.

Con precios que sobrepasan los 50 mil dólares por unidad, no cualquiera puede tener la dicha de manejar estos autos que cuentan con sofisticadas máquinas, capaces de alcanzar los 100 kilómetros por hora en apenas cuatro segundos.

"No nos interesa vender por volumen, nuestro segmento es pequeño, pero es muy importante, vendemos status al 50 por ciento de los 300 líderes de México", dice ChamaSrour, quien cita entre sus clientes nacionales a personajes como Joaquín López-Dóriga, Carlos Loret de Mola y Antonio Esquinca.

Estrellas como Angelina Jolie, Adrien Brody, Gerard Butler y María Sharapova conducen estos autos -añade-, mientras que los ídolos pop Justin Bieber y Miley Cyrus les han dado su toque personal y extravagante.

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