After Office

Inauguran primera librería en inglés en La Habana


AP

La Habana .- Una estadounidense que lleva años viviendo en Cuba fundó la primera librería de libros en inglés de La Habana, donde tanto cubanos como extranjeros podrán comprar o tomar prestado ejemplares en el idioma de Shakespeare.
 
"Cuba Libro" fue inaugurada el viernes, idea de Conner Gorry, una periodista de 43 años, originaria de la ciudad de Nueva York, que vive en Cuba desde el 2002.
 
El local es una combinación de librería, café y salón de tertulia, donde los libros se pueden comprar o tomar prestados. Aunque no hay material que vaya directamente contra la ideología oficial, en algunos se pueden ver opiniones que no se encuentra fácilmente en la isla.
 
"Yo sé lo difícil que es conseguir material de lectura en inglés aquí, así que empecé a elaborar esta idea", dijo Gorry.
 
El germen del concepto surgió hace unos dos años cuando una amiga de Gorry le dijo que tenía unos 35 libros y que no sabía qué hacer con ellos. Con unas cuantas donaciones más, las existencias aumentaron a aproximadamente 300 ejemplares, lo que se tenía en el día de su inauguración.
 
En las tiendas aprobadas por el estado hay libros en inglés, pero no son más que alguna que otra novela cubana traducida, un par de diarios oficialistas y unas cuantas revistas para turistas. Aparte de eso, mayormente son obras como los ensayos traducidos de Fidel Castro y del "Che" Guevara, y otro material a favor del gobierno y en contra de Estados Unidos.
 
Una librería licenciada por el estado tenía libros en inglés, pero eran usados y sus títulos eran sumamente aleatorios, como "Diving Physiology in Plain English" ("Fisiología del Buceo en Términos Sencillos"), publicado por la Undersea Hyperbaric Medical Society, y "Woe Unto You, Lawyers!" ("¡Tengan cuidado, abogados!"), una crítica a la profesión de la abogacía que, a decir de la etiqueta en la parte interior, fue alguna vez parte de la biblioteca de la Universidad de Columbia.
 
Gorry enfatizó que Cuba Libro no ofrecerá obras "contrarrevolucionarias", pero su colección ciertamente incluye textos con opiniones que no se encuentran fácilmente en un país donde los medios de comunicación son totalmente controlados por el estado.
 
Por ejemplo, está "Dancing With Cuba", una autobiografía escrita por la periodista mexicana Alma Guillermoprieto que incluye sus experiencias en Cuba, no todas felices, como instructora de ballet en los años 70 en Cuba.
 
Además de ediciones viejas de las revistas New Yorker y Rolling Stone, está la edición del verano del 2010 de ReVista, una publicación del Harvard Review of Latin America, cuyo tema principal es el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela. Por lo general los textos son favorales al gobierno de Chávez, pero también incluye la frase del líder opositor venezolano Teodoro Petkoff en que califica al gobierno de Chávez de "régimen autoritario, autocrático y militarista".
 
No es algo que uno vaya a escuchar en los noticieros de la televisora oficial cubana.
 
"Espero que (la librería) prospere", comentó Carlos Menéndez, un economista retirado de 77 años de edad que entró en busca de un café y quedó encantado al toparse con un ejemplar de "Freefall", por Joseph E. Stiglitz, quien ganó el Premio Nobel de Economía en el 2001.
 
"Freefall" propone una mayor regulación de la economía estadounidense, pero incluso un instructivo sobre el capitalismo que tienda hacia la izquierda es algo novedoso en este país de régimen comunista, donde la idea del libre mercado no es bien vista.
 
"Es algo que está aumentado en Cuba, la posibilidad de tener distintas alternativas", destacó Menéndez, sentado en el patio de Cuba Libro, debajo de un enorme almendro.
 
Se refería a la iniciativa del presidente Raúl Castro de imponer reformas sociales y económicas, que han permitido a cientos de miles de cubanos crear empresas pequeñas o trabajar en una de ellas.
 
Cuba Libro funciona gracias a esas reformas, y tiene licencia para vender alimentos y libros usados. Gorry la administra como una especie de cooperativa semioficial entre cinco cubanos.
 
El embargo económico aplicado por Washington le impide a todo ciudadano estadounidense realizar transacciones económicas con el gobierno cubano, y Gorry afirma que ha realizado enormes gestiones para no violar la ley.
 
"He tenido que tener mucho cuidado, todo es perfectamente transparente y legal, porque soy estadounidense y estoy sujeta a las leyes de Estados Unidos", comentó Gorry. "No estoy de acuerdo con esas leyes, pero las cumplo".
 
Los cubanos tienden a ser educados. Millones de personas asisten a la Feria Internacional del Libro en La Habana cada febrero para comprar libros en español a precios reducidos.
 
Al mismo tiempo, muchos cubanos están ansiosos por aprender inglés para poder conseguir empleo en los sectores de computación, medicina o turismo.
 
Cuba Libro tiene programado ofrecer clases de inglés, dictadas por angloparlantes. Y quienes no pueden comprar libros pueden intercambiar.
 
Entretanto, los directos de la librería están tratando de promocionarse entre la comunidad diplomática y otros extranjeros, a fin de aumentar la cantidad de ejemplares disponibles.
 
"Será un reto conseguir donaciones porque importar libros aquí es muy difícil", comentó Gorry.
 
Ella dice que sólo aceptará buena literatura y que trata de excluir las novelas baratas. Aun así, hay una pequeña sección de libros de suspenso, con ejemplares como "Q is for Quarry" de Sue Grafton.

También lee: