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Ibargüengoitia regresa para 'meterse' a la escuela

El escritor guanajuatense llegaría hoy a los 90 años, un aniversario que Planeta celebra con la reedición de sus clásicos y el próximo lanzamiento de dos libros ilustrados: Cuentos para niños y Piezas para niños (2016).

En 1979, la ONU proclamó el Día Mundial del Niño. Francisco Hinojosa tenía 25 años. Los niños serían, justamente, los lectores de los libros que aún no publicaba. Caminaba por las calles de París acompañado del sueño de convertirse en escritor. De pronto, vio a su ídolo. Era Jorge Ibargüengoitia, con su esposa Joy Laville, formado en una fila de una agencia American Express. Quiso saludarlo. No se atrevió. "Entonces era mucho más tímido de lo que soy ahora", recuerda en entrevista con El Financiero.

Pocas veces se tiene la oportunidad de conocer de cerca a quien se idolatra. Hinojosa tuvo suerte. La vida le otorgó una revancha. Su pluma fue elegida para prologar dos ediciones infantiles del autor de 'Los relámpagos de agosto'. "Urge que los niños asimilen la ironía y el humor de Jorge", asegura. "Es una de las aves raras de la literatura mexicana, donde el humor no abunda. La ironía es la única forma a través de la cual nos podemos ver. Su obra es esencial para entender los usos y costumbres de la cultura mexicana".

'Piezas para niños' y 'Cuentos para niños', ambos editados por Planeta, circularán por las escuelas primarias del país a partir de marzo, como parte del programa Plan Lector, que impulsa ese sello editorial.

La educación pública fue uno de los blancos favoritos de Ibargüengoitia. En 'Instrucciones para vivir en México' escribió: "vivimos en un medio esencialmente monumentalista. La educación es la escuela... el edificio de la escuela. Aprender es ir todos los días a ese edificio, que tiene en la entrada un letrero que dice, por ejemplo: 'Josefa Ortiz de Domínguez', y sentarse en esa banca a que dé la hora de la salida. Para los gobernantes, en cambio, 'dar educación al pueblo' consiste en recorrer construcciones recién terminadas, cortar listones y descubrir leyendas que digan: 'Este plantel fue construido siendo Presidente de la República...'".

Recordar los 90 años de Jorge Ibargüengoitia, señala el autor de 'La peor señora del mundo', también significa tomar conciencia de que se necesita una reforma educativa verdadera, pues la que llevó a cabo el gobierno de Enrique Peña Nieto fue más laboral que educativa.

"En México los padres hacen las tareas de los hijos y los alumnos pasan horas sentados en las bancas. La crítica a la burocracia fue uno de los temas fundamentales de Jorge. Si viviera, seguramente seguiría burlándose de lo mismo, y quizás con mayor intensidad porque ahora hay mucha más tela que cortar. Es buen momento para buscarnos a nosotros mismos, como ciudadanos, con una relectura de su obra. Y qué mejor que comenzar desde la infancia", comenta.

Para él, Ibargüengoitia era un escritor al que le gustaba poner el dedo en la llaga. Otra de sus críticas a la educación pública fue: "los padres de familia tienen necesidad urgente de deshacerse de sus hijos un determinado número de horas cada día, mientras éstos tienen edades que varían entre los cuatro y los quince años. Los maestros, por su parte, que tienen que ganarse la vida, se ven obligados a hacer algo en esa enorme cantidad de horas. Se hacen cosas tremendas. Pero a los doce años de estudio, no se puede soltar el arpa. Hay que terminar la carrera. Por eso está el mundo rebosante de profesionistas inútiles. Son los que creyeron que con ir a la escuela bastaba".

Francisco Hinojosa está convencido: el buen ciudadano se inicia desde la infancia. Abrir un libro de Jorge Ibargüengoitia, dice, puede ser un buen comienzo.

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