After Office

Francisco Goldman: cuando la violencia es un impulso creativo

La editorial Turner publica en español la obra del escritor estadounidense, "El circuito interior", en la cual realiza una puntual radiografía de la Ciudad de México. 

Cuando Francisco Goldman decidió aprender a manejar en la Ciudad de México, supo que había superado el duelo por la muerte de su esposa. Se venció el plazo autoimpuesto que casi termina con su propia vida: cinco años de peligrosa autodestrucción, en honor al mismo periodo de tiempo que vivió junto a la escritora Alba Estrada.

Poco después, el periodista y escritor que radica entre Nueva York y el DF, quiso contar su aventura vial para completar un libro de crónicas sobre América Latina en inglés. "Pero la narración creció y creció", cuenta a propósito de la salida de El circuito interior, que editorial Turner publica en español, en un volumen que se presenta el 28 de mayo en la librería Mauricio Achar de Gandhi, con los comentarios de la editora Diana Hernández y el escritor Juan Villoro.

Aferrado al volante, Goldman elabora su propio duelo, pero también el de todo un país. "He vivido muchos años en México y como cualquier centroamericano (sus padres son un estadounidense y una nicaragüense), he crecido con cierta carga, la violencia es parte de nuestras vidas cotidianas, nuestros subconscientes están saturados de estas tragedias", asegura.

En 2012, cuando pudo cerrar una etapa terrible en su vida, coincidentemente México vivía las suyas. "A pesar de estar involucrado como reportero, escribiendo sobre violencia, no fue hasta que me tocó una pérdida violenta, que pensé cuántos miles de personas andan así, aterrados porque la vida perdió toda definición, porque el pasado, cuando estaban con sus seres queridos, se siente más real que el presente", explica el autor de la exitosa novela Di su nombre, sobre su historia de amor con Alba Estrada.

"En países donde impera la impunidad, oficialmente las víctimas no importan. Es una de las razones por las que me sentí tan atraído por el caso Heaven, veía llorar a las madres y lloraba porque recordaba esas emociones de terror. Quizás ayuda un poco ser testigo y estar ahí, porque muchas veces la gente que se ha encontrado en estas situaciones de pérdida violenta, lo único que quiere es que la escuchen", relata.

En El circuito interior, Goldman hace una crónica de la ciudad en la que viven amigos que le ayudaron a salir del largo duelo. Donde se volvió a enamorar en el verano de 2012 y hace unas semanas se casó nuevamente. Habla de los once jóvenes secuestrados y asesinados del bar, del movimiento #yosoy132 y de sus conversaciones con Marcelo Ebrard, de quien fue vecino. "Conversamos largas horas sobre el desafío de gobernar esta ciudad. Creo que lo hizo bien, porque Mancera ganó con 70 por ciento del voto", afirma y augura que los tres años que le restan al sexenio van a ser mucho más duros "para el señor que está en Los Pinos que para Ebrard".

No es bueno al volante, reconoce, y no ha logrado vencer el temor a perderse en las calles de la capital. El Circuito Interior no es sólo una compleja vialidad para este autor. Es una alegoría de su resurgimiento en una ciudad convulsionada y en la que, a pesar de todo, se puede vivir.

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