Cuando recibió la comisión de una nueva ópera, a un año del arrollador éxito de El barbero de Sevilla, Gioacchino Rossini entró en un impasse. Faltaban tres días para la entrega, acordada para el 26 de diciembre de 1816, y no se le ocurría nada.
Aquella noche helada, el joven de 25 años pidió auxilio al libretista Jacopo Ferretti, quien tiempo después diera cuenta de la desesperada reunión, que tanscurrió frente a dos tazas de té.
Recuerda el amigo que le sugirió más de 20 propuestas temáticas, pero ninguna parecía satisfacer al músico: "Muy seria... Demasiado compicada... ¡Carísima!", argumentaba. Los cantantes ya estaban contratados, así que eso era otra limitante.
Ya un poco fastidiado, Ferreti murmuró: "Cenicienta". "¿Tendrías el valor de escribirme una Cenicienta?", le dijo Rossini. "¿Tendrías el valor de ponerle música?", zanjó el otro.
Componer La Cenicienta o El triunfo de la bondad (La Cenerentola ossia La bontà in trionfo) le tomó tan solo tres semanas.
El encargo vino del Teatro Valle, que era competencia del Teatro Argenta, donde se había estrenado su más sonado éxito: El barbero de Sevilla. Pero, para sorpresa del empresario, al igual que sucedió con Il Barbiere, la nueva obra fue fríamente recibida la noche del estreno. Eso sucedió hace casi exactamente 200 años: el 25 de enero de 1817. Para fortuna de Rossini, su reciente ópera bufa se convirtió rápidamente en un éxito en Italia y en el extranjero.
La Cenerentola es un drama que combina la tragedia con lo cómico, explica Carlos Fuentes y Espinosa, creador de la Fundación Rossini de México, quien dictará mañana a las 15:00 horas la conferencia Feliz bicentenario Cenerentola en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.
"Sus dificultades técnicas no son pocas, y esa es una de las causas por las que quedó relegada", abunda.
Cuando Rossini dejó de componer –quizá demasiado temprano en su exitosa trayectoria, a los 37 años- y aparecieron Verdi y Wagner, esta ópera quedó olvidada. "Fue hasta el siglo XX cuando se rescataron muchas piezas del pasado y se reconstruyeron partituras para volver a presentarlas", concluye el experto.