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Federico Ibarra reúne en CD poesía coral

El sábado próximo el compositor Federico Ibarra presenta el disco "Obra coral", que reúne obras para ensambles vocales de su autoría a partir de poemas mexicanos.

La música coral mexicana de autores contemporáneos se desarrolla a contracorriente, observa el compositor Federico Ibarra, quien el sábado próximo presenta el disco Obra coral, que reúne obras para ensambles vocales de su autoría a partir de poemas mexicanos.

Curiosamente los coros infantiles, que han resurgido en México durante la última década, son los más receptivos a la incorporación de obras actuales, a diferencia de los ensambles conformados por adultos, observa Ibarra. "Éstos tienen suficiente repertorio como para no estrenar nada más en su vida, no están precisamente preocupados por estrenar nuevas obras".

Por otra parte, advierte el el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2001, la difusión de la música contemporánea para coro va al paso que marcan los altibajos en los apoyos de instituciones públicas o privadas que reciben las agrupaciones vocales.

Respecto a los ensambles de adultos, dice, a fines de 1950 tuvieron un auge. "Se fundó el Coro de Madrigalistas, que todavía existe; la desparecida Sociedad Coral Universitaria, cuyos coros se transformaron en otras agrupaciones".

El cuerpo vocal que grabó el más reciente CD de Ibarra es Solistas Ensamble del INBA. "Tiene la gran ventaja de que cada uno de sus integrantes es un solista, lo que resulta en un coro de una brillantez extraordinaria y, si hay partes donde tenga que haber diferentes solos, pues éstas son interpretadas por los cantantes con una gran calidad", explica el músico.

La producción del Fideicomiso Federico Ibarra, incluye Margarita está linda la mar, de Rubén Darío, escrita originalmente para voces infantiles e interpretada en el disco por mujeres.

Obra coral también incluye la primera cantata del compositor. La escribió en 1967, cuando aún era estudiante, en una época en la que creó varias obras especialmente para el Coro de la Escuela Nacional de Música; carente de texto, es su única pieza de experimentación vocal, y se titulada Quinta cantata de la naturaleza corporal.

Ibarra explica que la dificultad al elegir un poema para convertirlo en música está en descubrir, precisamente, la musicalidad del texto, pues puede tener partes apropiadas para cantar a una sola voz, pero debe encontrar los fragmentos en los que el verso requiere un conjunto de voces.

"Me he encontrado con un poeta maravilloso: Xavier Villaurrutia, que me ha ayudado a encontrar lo que busco, no nada más en lo coral, sino en lo vocal", comparte. De él incluye el nocturno Sueño, con tenor solista y coro masculino.

Otras piezas del CD son El romancillo, de Luis de Góngora; Tres cantos para coro mixto, que está referida a tres poetas: Villaurrutia, José Gorostiza y Carlos Pellicer.

Federico Ibarra estrenará en noviembre una obra para orquesta de cámara por encargo de la Sociedad de Autores y Compositores. Sus óperas El pequeño príncipe y Antonieta se presentarán el año entrante en el Palacio de Bellas Artes.

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