Esta isla es la pequeña Italia del Caribe

Sumérgete en Antigua, una excolonia británica enclavada en el corazón de las Indias Occidentales. Tras aterrizar, un viaje corto te llevará al hotel Inn at English Harbour (con habitaciones desde 763 dólares), donde sus propietarios italianos han renovado las 28 habitaciones para darles la apariencia de una villa bañada por el sol.

Su playa privada está cerca de la casa de Giorgio Armani, en la exclusiva zona Galley Bay Heights; el diseñador italiano Stefano Gabbana también es un visitante frecuente. Toma el desayuno en la pizzería Famous Mauro's, cerca de Cobbs Cross, donde los panaderos reutilizan los hornos para hacer el mejor brioche de la isla.

Si lo tuyo es navegar, los veleros más hermosos del mundo se dan cita anualmente en la Antigua Classic Yacht Regatta, una competencia de cinco días en el mes de abril que se lleva a cabo alrededor de los puertos locales.

La mejor panorámica para disfrutarla es desde el Catherine's Café Plage. Pide su famoso ponche hecho con ron agrícola, azúcar y lima, y marídalo con un filete o tártara de langosta. Para cenar ve a Rum Baba, un café que sirve comida de fusión mediterránea. Luego pasa al Abracadabra, un restaurante fundado por el regatista sardo Carlo Falcone, quien llegó a Antigua hace 30 años. Prueba el porceddu o cochinillo, y prolongue su visita, pues el lugar se transforma en una discoteca al estilo de Sorrento.

La isla hermana de Barbuda, a unos 64 kilómetros al norte, está a 90 minutos en barco. Si pernoctas ahí, el nuevo Barbuda Belle (con habitaciones a partir de 890 dólares) está situado en una extensa playa de arena rosada, y cada uno de los seis búngalos de madera viene con camas con dosel y duchas al aire libre. La comida en el restaurante Mangrove es deliciosa, aunque francesa, no italiana.

En Antigua, el Jacqui O's, en la playa Love Beach, tiene un ambiente parecido, como un St. Tropez en el trópico, aunque con la música más fuerte. Pruebe una de las especialidades de la casa, Blue Lada, un ponche de ron con toques de curaçao azul y flores de saúco.

MÁS HOTELES
En 1962, los propietarios del Curtain Bluff, Howard y Chelle Hulford, tenían el propósito de construirse una casa, pero en su lugar abrieron un hotel, ubicado sobre un acantilado en la costa sur. La propiedad de 72 habitaciones, situada en un jardín de ocho hectáreas, sigue siendo un negocio familiar bajo el modelo todo incluido (tenis y vela también sin costo). Su mejor activo es el ponche de ron de la casa, mezclado con crema de coco. Esta temporada añadirá una piscina privada en la terraza de cada suite con vista al mar (habitaciones desde mil 265 dólares).

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En la costa oeste, el Hermitage Bay es el complejo más nuevo que celebra su décimo aniversario; es fruto de la pasión del neófito hotelero Andy Thesen. Las 27 habitaciones tienen interiores estilo neoasiático; reserve una de las 10 que están sobre la playa. Todo es, de una manera discreta, eco-friendly, desde las contraventanas de celosía para mantener ventiladas las habitaciones al jardín, que ofrece productos recién cosechados para el menú de esa noche (habitaciones desde 970 dólares).

Y ACTIVIDADES
Los folletos afirman que el número total de playas asciende a 365, una por día. Puede hacer windsurf sobre el borde de la bahía Half Moon Bay que mira al Atlántico, o pasar el tiempo en Johnson's Point con sus cálidas aguas caribeñas. Los vientos alisios refrescan las arenas de la playa Turner's Beach, especialmente agradable para tomar el sol.

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El cricket es el pasatiempo nacional y la estrella internacional Viv Richards, el Babe Ruth de este deporte, nació aquí. Puede ver jugar a los equipos locales en el Antigua Recreation Ground durante la temporada, que este año termina en abril.

Puede bucear en los arrecifes de coral, rebosantes de peces loro y ángel. Reserve un viaje con Dockyard Divers: la zona conocida como Pillars of Hercules está a tres minutos en bote y es ideal para principiantes, mientras que Cape Shirley, con enormes rocas y hasta 33 metros de profundidad, es para más experimentados. El Stingray Alley, de aguas poco profundas, es el favorito de las mantarrayas.