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Entre montañas, la aventura de esquiar

Enero, febrero y marzo, los mejores meses para probar sus dotes de esquiador en Utah. El nevado paisaje de Park City, con los 17 picos de montañas que lo conforman, desemboca en un sentimiento de emoción y adrenalina con sólo verlo.

El nevado paisaje de Park City, con los 17 picos de montañas que lo conforman, desemboca en un sentimiento de emoción y adrenalina con sólo verlo. No en vano es el resort de esquí más grande de Estados Unidos.

El año pasado Vail Resorts invirtió 50 millones de dólares, entre otras cosas, para unir Park City con Canyons Resort a través de la góndola Quicksylver y así brindar casi 3 mil hectáreas de terreno para esquiar o hacer snowboarding.

Para ello se recomienda adquirir el Epic Day Lift Ticket (www.epicpass.com) para acceder a las 40 líneas de elevadores y góndolas que conectan las montañas y los parques. El costo por día es de 115 dólares.

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Lo común al estar por primera vez en un destino de nieve, menos cero grados, es vestir capas y capas de ropa. Los expertos recomiendan que la primera sea de prendas térmicas o que absorban la humedad, y que estén ajustadas al cuerpo. Las demás dependerán del clima y el viento. Antes de subir la montaña, hay que llevar chamarra, pantalones y guantes impermeables para impedir que se traspase la humedad de la nieve al cuerpo.

Todo listo, ahora sólo falta rentar las botas, el casco y los esquís. La primera sensación tras ponerse las botas es de incomodidad y extrañeza, si se aprietan demasiado pueden causar dolor en las pantorrillas. Una vez colocadas, a paso torpe, hay que cargar esquís, bastones, casco, goggles y dirigirse a la base de la montaña o subirse a una de las góndolas aéreas.

En las distintas bases hay lugares de descanso con servicio de comida, baños, cafeterías, tiendas de equipo. El nuevo Miners Camp, con capacidad para 500 personas sentadas, forma parte de la inversión. En estos espacios sirven sándwiches, ensaladas, pizza, pero el chilli con carne servido en un pan es glorioso, ideal para mantener el calor del cuerpo.

Todas las servilletas tienen impresa la leyenda "Know the Code" con siete puntos a seguir, uno de ellos, el que más queda grabado es "Siempre mantener el control y ser capaz de poder detenerse o evitar personas u objetos"... Esto ayuda a no quedar enterrado en la nieve.

Si es la primera vez, se recomienda contratar a un instructor. Douglas Wally Wahlquist, esquía desde niño y lleva 19 años como guía. Él, con toda la paciencia del mundo, explica los movimientos básicos y luego indica cómo ponerse los esquís, los cuales se convierten en una rara extensión del cuerpo. El control y la dirección está en las piernas. Wally recomienda hacer el descenso transversalmente para no ir muy rápido.

Los colores utilizados internacionalmente para definir la dificultad de cada montaña son: verde, el más fácil; azul y doble azul, intermedio; y para los expertos negro y doble negro. El experto explica que hay montañas que cambian de dificultad dependiendo la forma de descenso: "algunas son verdes si se esquía transversalmente, pero pueden llegar a ser un poco azul si se bajan derecho". El reto es ir desbloqueando colores y descubrir cada montaña, como en un videojuego.

Los ideal es empezar por una descenso verde. Hay que trasladarse a través de los elevadores o sillas voladoras, hasta algún punto y, literal, aventarse. Una vez ya dominada esa pista, se puede pasar a una más complicada, hay más de 300 en todo el resort, pero llega un momento en que la adrenalina, mezclada con la velocidad y el sentimiento de "esta montaña no tiene fin", hacen que en todo segundo uno recuerde la servilleta: "mantén el control".

Otros tips de Wally son tener buena condición por el esfuerzo físico y la altura del lugar, que varía de los 2 mil a los 3 mil 48 metros en la cumbre más alta, mantenerse hidratado, descansar y no beber alcohol. Los mejores meses para esquiar son de enero a marzo.

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