After Office

El pueblo que sobrevive bajo las aguas

Así es San Marcos, Sinaloa, escenario en el que se realizó el documental 'Los reyes del pueblo que no existe', que se exhibe en la Cineteca Nacional. La película dirigida por Betzabé García hace visible la problemática de quienes lo perdieron todo.

En ese lugar quedan sólo tres de 300 familias. El deseo de reconstruirlo es tan persistente como el agua que cubre al pueblo, inundado por encima del metro de altura. No hay servicios. No hay esperanza. Así es San Marcos, Sinaloa, escenario en el que se realizó el documental Los reyes del pueblo que no existe, que se exhibe en la Cineteca Nacional de esta ciudad.

La película dirigida por Betzabé García hace visible la problemática de quienes lo perdieron todo. Tras la mala planeación gubernamental de la presa Picachos, no sólo San Marcos resultó inundado, cuatro poblados más desaparecieron: Las iguanas, Puerta San Marcos, Casas viejas, Copales y El Placer.

"Asediados por el narco, en medio de la desolación y el abandono, sobreviven. Es lo que le pasa a México, hay muchos pueblos abandonados por la violencia y los intereses políticos", asegura García.

La realizadora conoció el poblado en su niñez. Originaria de Mazatlán, le quedaba a tan sólo hora y media de camino. Tanto le impactó la noticia de lo ocurrido, que decidió hacer un cortometraje en 2011: Venecia, Sinaloa. Las historias de estas tres familias la atraparon a tal grado que se fue a vivir durante cinco años a San Marcos.

"No me parecía honesto filmar sólo un mes e irnos. No hubiéramos capturado toda la problemática. Su ejemplo es inspirador, se quedaron por razones diferentes su postura ante la inundación y la vida es distinta, para unos pesimista, para otros idealista", afirma la directora.

Durante la filmación de Los reyes del pueblo que no existe, mientras asistía a una entrevista de radio, murió asesinado el activista Atilano Román Tirado, quien lideró el movimiento de los afectados que buscan indemnizaciones justas. Su muerte dio pie a Unsilenced, cortometraje producido por The New York Times y que García dirigió.

"Ese mensaje de violencia se propagó en vivo. Había una necesidad de darlo a conocer. Ellos me buscaron para hacer el documental. Es una plataforma para que el mensaje no quede en el olvido", comenta la cineasta.

La realidad es que en San Marcos no pasa nada. No hay indemnizaciones. La mayoría de los desplazados se ubicaron en poblados cercanos, "porque no les quedó de otra". El único negocio que subsiste es una tortillería que se resiste a cerrar. Mientras queden esas tres familias seguirá siendo San Marcos, como se le ha llamado desde hace 200 años.

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