After Office

El joven que admiraba a Ernesto Sábato

'Vicentico' es el primer libro del periodista Eduardo Fabregat, quien precisa, fue escrito con rigor periodístico. El mestizaje musical y las referencias literarias son elementos que caracterizaban al líder de los Fabulosos Cadillacs.

En su trayectoria hay de todo. Desde atreverse participar en la política argentina de los 90, hasta sobrevivir a una época salvaje de sexo, drogas y rocanrol y luego convertirse en padre de Florián, con quien comparte la tarima en la actual alineación de Los Fabulosos Cadillacs.

Vicentico, que acaba de aparecer en Argentina bajo el sello Ediciones B, será lanzado próximamente en México. Es el primer libro del periodista Eduardo Fabregat, editor de la sección Cultura & Espectáculos del diario Página/12 y conductor del programa de radio Rebeldes, soñadores y fugitivos, en Buenos Aires.

El autor reconoce que su acercamiento se produjo desde la admiración al vocalista. Aún así, precisa, fue escrito con rigor periodístico. Estaba ante un referente cultural de América Latina que se mantiene vigente luego de más de tres décadas. Tanto, que su banda se puede dar el lujo de entrar en pausa durante años y volver a disfrutar de popularidad, como ahora, con un nuevo disco, La salvación de Solo y Juan, una especie de ópera rock, con el cual vendrán al Vive Latino el 18 de marzo próximo.

"Como solista -y esa es una de las razones por las que escribí el libro-, en sólo 15 años de carrera se ha ganado un lugar dentro de los grandes del rock argentino. Ha demostrado que tiene un camino muy interesante por fuera de la banda, está en la misma línea de Spinetta, Charly García, Fito Páez, Andrés Calamaro", asegura el periodista.

El mestizaje musical y las referencias literarias (la banda dedicó un tema a Ernesto Sábato en su disco Fabulosos calavera, por ejemplo) son elementos que Vicentico comparte con su grupo, así como una postura política, que data de mucho antes de grabar el emblemático tema Matador.

"Aquel famoso episodio terminó con la composición de 'Yo no me sentaría en tu mesa'. En 1987, cuando eran considerados una banda plástica y superficial, su mánager firmó un contrato para una presentación organizada por el ala de la juventud de la Unión Radical, el partido en el poder. Convocaron a una conferencia de prensa y Jesús Rodríguez, uno de los representantes partidistas, dijo: 'no están Los Cadillacs en esta mesa, los convoco a que vengan'. Vicentico, que estaba presente, respondió: 'nosotros no nos vamos a sentar en la mesa de los que firmaron la Obediencia Debida y el Punto Final', en referencia a dos leyes que eximían de responsabilidad a los mandos medios militares de la represión durante la dictadura", recuerda Fabregat.

"Lo cuento en el libro. Fue todo un gesto que la banda a la cual se señalaba de frívola, adoptara una de las posiciones políticas más fuertes que pudiera encontrarse en el rock argentino de ese momento. La canción es uno de sus más grandes hits, con el que siguen cerrando los conciertos hasta el día de hoy", añade.

La obra es un recuento una de las vidas más intensas del rock latinoamericano. Difícilmente se podría explicar este género sin la intervención de los Cadillacs, en conjunto, y Vicentico, en lo individual.

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