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2014, el año de marcas rotas en el mercado del arte

Tanto en México como en el resto del mundo, el 2014 fue un año de récords para el mercado del arte. Sin embargo, expertos advierten que sólo se trata de una burbuja financiera que, tarde o temprano, va a reventar.

El que acaba de terminar fue un año de récords para el mercado del arte, tanto en México como en el resto del mundo. El fallecimiento del empresario regiomontano Lorenzo Zambrano –dueño de Cemex– derivó en un hecho histórico: 40 piezas de su colección fueron vendidas en 17.6 millones de dólares, la mayor cantidad recaudada en la historia de la pintura latinoamericana.

Durante la subasta –realizada en la casa Sotheby's de Nueva York– también se batió una marca de cotización. Se trató de la obra Hacia la torre, de Remedios Varo, la cual fue vendida en 4.3 millones de dólares, el segundo precio más caro logrado por una artista hispanoamericana en una puja. Las crónicas de distintos periódicos del mundo coincidieron en que ésta fue una de las pinturas más peleadas por tres personas, de quienes no se reveló su identidad.

Especialistas de todo el mundo han señalado que el mercado del arte atraviesa por una especie de burbuja que, advierten, puede explotar en cualquier momento. Ejemplo de ello fue la Colección Essl, que en 2014 perdió 189 millones de euros pese a que varias de sus obras fueron vendidas por Christie's. El coleccionista español Marcos Martín Blanco dijo al diario español El País que eso se debió a que las casas de subastas luchan cada vez más por tener lo mejor en su catálogo. Un hecho que ha afectado a las galerías pequeñas, a las que año con año les cuesta más sobrevivir en la jungla de la correduría. "No todo es tan sólido como parece, y esta subasta lo evidencia", aseguró Blanco.

En noviembre del año pasado, Andy Warhol dominó la subasta más cara de la historia, en la que Christie's vendió más de 850 millones de dólares. Su Triple Elvis se fue en 81.9 millones de dólares, y Cuatro Marlons se vendió en 69.6 millones de dólares.

Bartomeu Marí, director del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, resume así el problema del mercado en el diario The Guardian: "El mercado del arte está en manos de operadores privados con intereses muy concretos que no siempre coinciden con los comunes que debe representar un museo".

La burbuja permitió asimismo que la rival de Christie's, Sotheby's (cuyas ganancias aún no se conocen) no se quedara atrás: el 20 noviembre vendió Jimson Weed/White Flower No. 1, de Georgia O'Keeffe, en 44.4 millones de dólares, la cantidad más alta en la historia de una pintora. El récord lo poseía Joan Mitchell con Untitled, subastada en 11.9 millones de dólares.

Otro artista que estuvo a punto de romper su propio récord fue el suizo Alberto Giacometti con su escultura de bronce Cuadriga, la cual alcanzó 101 millones de dólares. Se quedó muy cerca de alcanzar los 104.3 millones de dólares.

Otros no tuvieron tanta suerte. Tal es el caso del joven pintor colombiano Óscar Murillo, quien en 2013 fue la sensación en el mercado, al punto de que muchos lo compararon con el legendario Jean Michel-Basquiat. El 2014 no fue su año. Los coleccionistas perdieron interés en su encanto de "chico pobre de la calle" y sus obras apenas alcanzaron los precios de salida. Muchos asesores incluso recomendaron liquidar y deshacerse de sus pinturas.

Como si se tratase de Wall Street y un grupillo de brokers luchando por bonos, el mercado del arte es una selva donde igual se puede perder o ganar. Hoy vives, mañana no. Varios récords se rompieron, y seguramente en 2015 habrá más sorpresas. Hará falta ver en cuánto se vende la segunda parte de la colección de Lorenzo Zambrano (unas 30 piezas), el próximo mes de mayo. Sin embargo, la gran duda para los protagonistas de esta lucha es cuándo estallará la burbuja, según advierte Carlos Rivera, director de Art Rank.

En la cresta del mercado del arte, dólares y euros corren como ríos, pero no se sabe de dónde vienen ni a dónde van. La información financiera de las casas de subastas es atesorada con recelo. El furor de los coleccionistas ha contagiado hasta al hip-hop. El rapero Jay Z compuso Picasso Baby:

"Sólo quiero un Picasso en mi casa/ No, mejor en mi castillo/Soy una persona corrupta/¿O un idiota?/Nunca estoy satisfecho/Nadie puede criticar mi ajetreo/Sí, yo quiero un Rothko/ Suelos de mármol, techos de oro/ ¡Oh, qué sensación! ¡Ofrezco un millón!".

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