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Durango 66: Bob Dylan con mezcal

Durango 66 es el nombre de la instalación que Teatro Línea de Sombra presentará del 2 al 4 de octubre, la cual incluye, aparte de un bar con mezcal y cerveza, canciones que Bob Dylan compuso en 1966 en México.

En la revulsiva década de 1960 se originó un movimiento estudiantil en Durango que defendía sus recursos naturales. Entonces, Bob Dylan compuso un par de canciones: Romance en Durango y Knocking on Heaven's Door. Parte de esta historia se cuenta en la instalación Durango 66, objetos para actualizar un acontecimiento histórico, que Teatro Línea de Sombra presentará del 2 al 4 de octubre en el estacionamiento del Centro Cultural del Bosque.

"Nuestras piezas dialogan con lo colectivo, con lo social y los contextos; no es un teatro político", dice Jorge A. Vargas, director de la compañía que el año pasado presentó Artículo 13 en el Festival Cervantino, una pieza similar, de gran formato, inspirada en la migración.

Durango 66 se compone de 32 cajas que se van desplegando durante el espectáculo y en cada una se cuenta una historia. El espectador elige el orden en el que las visita y el tiempo que permanece frente a ellas. Elementos como un brazo articulado y siete toneladas de tierra roja componen la instalación.

Alrededor de 30 personas intervienen en el montaje con música en vivo, que incluye un bar en el que se sirve mezcal y cerveza y también se plantea como otro espacio de narración, donde, como música de fondo, se escucharán canciones de los 60, entre ellas, las que Dylan compuso en México.

"El movimiento duró alrededor de 60 días, hasta que claudicó. Nos pareció importante porque uno de los gestos que ellos (los estudiantes) realizaron, fue cargar camiones con el mineral y regarlo por las calles hasta que literalmente pintaron la ciudad de rojo. En su momento, fue político, pero hoy podríamos considerarlo como un gesto artístico", dice el director.

Significativamente, asegura, Durango 66 se estrena el 2 de octubre, cuando se cumplen 47 años de la matanza de Tlatelolco, y su creación se inspiró además en otra protesta estudiantil realizada en Morelia, en 1966.

"Estos movimientos iban empezando a configurar la idea de una ciudadanía que se moviliza en torno a una idea", por eso, dice Vargas, su instalación es ambulatoria: el espectador camina por el espacio que minutos antes de la función era un estacionamiento.

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