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Diego Simeone y la Revolución en Manzanares


 
 
Ma. del Refugio Melchor S.
 

Como jugador fue un símbolo del Atlético de Madrid, no era el más técnico de la media cancha, pero su temperamento y carácter lo convirtieron en un elemento imprescindible en la consumación del doblete (Liga y Copa) en la temporada 1995-1996. Su partida sumió al club rojiblanco en un letargo del que se recuperó hasta 17 años después.
 

Los Colchoneros vivieron épocas difíciles, descendieron en la temporada 1999/2000, sufrieron una severa crisis financiera bajo el mando de su polémico presidente Enrique Cerezo, que tardó una década en encontrar al hombre adecuado para recuperar glorias pasadas.
 
Cerezo probó con el mexicano Javier Aguirre, los españoles Abel Resino, Quique Sánchez Flores y Gregorio Manzano que no tuvieron suerte. Todo cambió con la llegada del hijo pródigo, el argentino Diego Pablo Cholo Simeone.
 
Su contratación fue confirmada el 22 de diciembre y nadie en la gran familia rojiblanca imaginó lo que vendría después. Eliminado de la Copa del Rey por Albacete y ubicado en el décimo lugar de la Liga Española, a 21 puntos del entonces líder Real Madrid, la única vía de escape era la Europa League.
 

La magia de Simeone funcionó rápido, puso los cimientos de lo que es el actual Atlético de Madrid: un equipo que pelea cada juego como si fuera el último, que maneja como nadie el contragolpe y cuyos jugadores pasaron de ser desconocidos a los más cotizados de la Liga de las Estrellas.
 
Sólo triunfos
 

El día de su presentación oficial Simeone dijo estar listo para enfrentar el desafío de entrenar al conjunto colchonero. "Sé la exigencia que tiene el Atlético. No me asusta, me entusiasma como todas las situaciones que generan desafíos. Esta es una más".
 
Contrario a otros estrategas, dibujó su estilo de juego desde su primera conferencia de prensa. "Nos gusta un equipo agresivo, un equipo fuerte, aguerrido, contragolpeador. Lo que nos llevó a los Atléticos a identificarnos con esta gloriosa camiseta", indicó y de inmediato lo puso en práctica.
 

Simeone continuó en España la cadena de títulos que había iniciado en su natal Argentina con la conquista del Torneo Apertura 2007 (Estudiantes de la Plata) y el Clausura 2008 (River Plate). Revivir al Atlético de Madrid le tomó unos meses.
 

Bajo su conducción, los Colchoneros volvieron a destacar en el escenario internacional con el título de la Europa League 2011/2012 con un 3-0 sobre Athletic de Bilbao de Marcelo Bielsa.
 

En la Supercopa 2012 su víctima fue el club inglés Chelsea, al que superó por 4-1 y culminó el 2013 con el título de la Copa del Rey venciendo en el Estadio Santiago Bernabéu al Real Madrid por 2-1.
 

Con tres títulos en dos años con el club rojiblanco fue nombrado el mejor entrenador del 2013. Ahora pelea palmo a palmo la Liga con Barcelona. Simeone y su plantilla se cotizan alto, pero lo más importante es que dejaron de ser un equipo comparsa.
 
 
 
 
 

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