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Día Internacional del Libro: las otras realidades


 
José David Cano
 
 
Este martes 23 de abril se celebra en gran parte del planeta el Día Internacional del libro. Y en México no es la excepción: lecturas en voz alta, remates y ventas especiales, conferencias y presentaciones de libros. Todo, en aras de ese antiguo y actualizado objeto. En este contexto, hoy, en el Estado de México, empieza la XII Feria Estatal del Libro, en donde se darán cita autores nacionales y foráneos.
 
 
Danza, teatro, música, actividades infantiles y, por supuesto, conferencias y presentaciones son parte de la programación. Entre estas últimas, precisamente hoy -a las 12 horas- en el Centro Cultural Mexiquense, uno de los escritores toluqueños más apreciados: Alberto Chimal, presenta uno de sus nuevos libros: La torre y el jardín.
 
 
Y si decimos uno de sus nuevos libros es porque, de repente, han aparecido en un breve lapso varios trabajos suyos. Pero esto no es algo que Chimal haya planeado; o esto era lo que nos decía mientras charlábamos; le había dicho a Chimal: "En hora buena. De pronto salieron unos cuantos libros suyos. Señal de que sigue escribiendo, y señal de que sigue en la brecha".
 
 
Chimal sonrió:
 
 
-Pues sí, la verdad es que me siento muy contento -dijo-. Creo que todas estas publicaciones que han aparecido ahora son de alguna forma, y sin que haya mediado un plan de por medio, la culminación de una etapa. Realmente no fue algo planeado. Fue algo que se dio de pronto, pues algunas cosas se retrasaron, otras se adelantaron; así que de repente todos estos trabajos coincidieron en un lapso breve, y aparecieron. No sé si alguna vez pueda volver a pasar. No lo creo. Porque varios de estos proyectos tienen tras de sí años de trabajo; en cierto sentido, sí marcan un largo proceso de maduración, y de aprendizaje...
 
 
Cronológicamente, los libros de los que hablamos son: La torre y el jardín, editado por Océano; asimismo el Programa Nacional de Salas de Lectura, a través del Conaculta, publicó Cómo empezar a escribir historias; la Dirección General de Publicaciones -también del Conaculta- editó, por su parte, La Generación Z y otros ensayos; mientras que Casas del Poeta y Praxis coeditaron la antología Plasma.
 
 
-Hablemos brevemente -le dije, entonces, a Chimal- de cada uno de los nuevos libros. La torre y el jardín es una novela compleja... aunque sumamente entretenida en su lectura. En el libro hay referencias a un montón de cosas, a sucesos históricos, también hay violencia. Por si fuera poco, es protagonista uno de los personajes que más ha trabajado: Horacio Kustos. ¿Cómo fue su gestación?
 
 
-Fue muy rara, también larga. En principio yo tenía planeado un cuento, pero de pronto creció y creció. Al final me tomó 8 años escribirla. Cuando vi que se me iban ocurriendo muchas otras cosas, a partir de esa chispa inicial, que fue justamente la de un raro local en donde se alberga un burdel zoofílico, decidí que podía escribir una novela; sí, una novela extensa, que se me había negado antes. Me puse una sola regla: que no iba a decirle "no" a ninguna posibilidad de desarrollo; o iba a intentarlo, por lo menos... Cualquier cosa que de pronto me pareciera que podía extender, profundizar el mundo de la novela, lo iba a intentar. Además, tenía claro que no quería contar una historia lineal, con los riesgos que eso conlleva.
 
 
Y así lo hizo. ¿El resultado? Es una novela heterogénea, muy variable, con un montón de historias y un montón de hilos y de episodios diferentes. En ella explora muchos de los temas que más le interesan: la imaginación y el poder, la idea de la exploración del mundo, la búsqueda del sentido en la propia historia:
 
 
-Es una novela con muchas lecturas, en cierto sentido. Pero también es un proyecto que se vincula a otras cosas que ya he escrito, y tiene que ver con lo que llamamos "literatura de imaginación"... En cuanto a Horacio Kustos, ya tiene vida propia. De hecho, estoy escribiendo otra novela con él. ¡Sólo espero no tardarme tanto como con La torre y el jardín! En la medida en que se puede decir esto, él ha sido un personaje generoso, me ha permitido inventarle muchas historias.
 
 
-Hablando de personajes, otro libro suyo es 'Cómo empezar a escribir historias'. ¿Se puede enseñar a escribir?
 
 
-Sí, y no. O sea, no se puede enseñar el talento; no se puede enseñar la pasión por escribir; tampoco se puede enseñar la experiencia de vida, y que es imprescindible para el escribir. Nada de esto se puede enseñar. Es imposible. Se tiene, se va consiguiendo, o no... Ahora, lo que sí se puede enseñar es el uso de las herramientas y fundamentos, las técnicas básicas, y, más allá de esto, creo yo, ciertas actitudes no solamente ante la escritura sino ante la lectura. Creo que esto sí puede enseñarse.
 
 
-¿Cuáles diría que son los puntos fundamentales que habría que subrayar sobre el ejercicio de la escritura?
 
 
-Que escribir es un acto consciente en el que intervienen muchos factores inconscientemente. Digo que el hacerse consciente del acto de escribir implica tomar el control de todo ese proceso mental, aprovechar lo imprevisto, así como también criticar aún más objetivamente aquello que uno intentó y que tal vez no logró. Asimismo, propongo que se debe hacer conciencia de cierto número de términos y de conceptos que son, en mi opinión, importantes para figurarse, o titular, más profundamente el acto de escribir. Sé que suena a un cliché, pero es verdad: el lenguaje crea realidades, crea aspectos del mundo que de otra manera no podrían ser alcanzados.
 
 
-Entiendo que en La Generación Z... aglutina textos sobre ciertos escritores afines, y temas que además le han interesado en su vida...
 
 
-Así es. Es como una prolongación de mi otro libro de ensayos: 'La cámara de maravillas'. En ambos reúno material sobre cosas que me interesan: autores que me importan, puntos de vista, cuestiones de literatura y temas parecidos (que tiene que ver con la teoría o el análisis alrededor de la escritura). Se llama 'La Generación Z' porque ese es el ensayo más abarcador de todos, y que tiene que ver con el asunto de las generaciones literarias... y de cuáles son sus logros, y de cuáles son sus merecimientos. Aquí meto mi cuchara para decir que el tema me parece insuficientemente tratado, porque no es nada más una cuestión de quién llega o no al candelero, quién avanza más rápido, quién pega más fuerte, sino qué hay por debajo dentro de esta aspiración de crear una obra valedera, sobre todo tomando en cuenta las diferentes dificultades, inevitables, cuando se trabaja en esto de la escritura en un país como México.
 
 
-¿Este libro puede verse como una pequeña guía literaria?
 
 
-No creo que tanto así. Es verdad que hay otros ensayos que hablan de algunos autores que me gustan, sin embargo es algo más modesto. No es una enciclopedia, ni siquiera se acerca a la totalidad de lo que me interesa, de lo que podría interesar a un posible lector. Pero por lo menos es un trozo del mapa, del mapa que uno puede ofrecer como lector (que uno mismo es) para proponer a otros algo que a uno mismo le entusiasma.
 
 
-Algo así como su libro Plasma.
 
 
-Sí, es cierto. Plasma es como esos discos que salen con los grandes hits... Así que, haciendo una analogía, es un disco de grandes éxitos, si es que puede hablarse de eso en literatura, ja-ja. Algunos de los sencillos, o cuentos, que más me gustan o le han gustado a los lectores están aquí, y también algunos lados B, algunas rarezas que no habían sido publicadas... No representa necesariamente lo mejor que he escrito, pero hay aquí textos de los que puedo sentirme, creo, medianamente orgulloso.
 
 
Información proporcionada por El Financiero Diario.
 

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