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De Tavira entabla un diálogo entre ciencia y espíritu

'El corazón de la materia', un montaje al estilo del teatro épico brechtiano, dirigido por Luis de Tavira, cuenta la extraordinaria historia de Teilhard de Chardin, paleontólogo y teólogo jesuita.

De niño, Teilhard de Chardin encontró una piedra en el bosque. La certeza de que ese elemento tenía vida detonó en él una vocación en apariencia contradictoria entre la ciencia y la espiritualidad.

El corazón de la materia, un montaje al estilo del teatro épico brechtiano, dirigido por Luis de Tavira -quien además escribió el texto junto a José Ramón Enríquez y José María de Tavira-, cuenta su extraordinaria historia.

Jesuita, científico, paleontólogo, filósofo, teólogo y poeta, De Chardin formó parte del equipo de exploradores que descubrió al Hombre de Pekín en 1930, en una investigación realizada en plena revolución china. El hallazgo fue la primera evidencia de la teoría de la evolución de las especies, moralmente inaceptable para el ideario católico. Visionario, Teilhard concluyó que si bien la Tierra ha generado la existencia del ser humano, es la fuerza divina la que irradia la energía a cada elemento que conforma el planeta.

ACUDA
¿Qué? El corazón de la materia
¿Dónde? Teatro de las Artes, Cenart. Río Churubusco 179, Country Club
¿Cuándo? 19 de abril al 14 de mayo; miércoles a domingo
Boleto: $100

Ante todo, comparte Luis de Tavira, el jesuita francés era un hombre de fe. Y a la fe hay que apelar en estos tiempos de descomposición, complementa el padre Enrique González Torres, productor de la puesta protagonizada por José María de Tavira, Marina de Tavira, Laura Almela y José Caballero, entre otros. Se estrena hoy en el Cenart y posteriormente se presentará en Puebla, Torreón, Guadalajara y León.

El jesuita, exrector de la Universidad Iberoamericana, explica que De Chardin percibía a Dios como un punto a dónde ir, no de procedencia. "Y para ir caminando hacia ese punto hay que abordar todo lo que es la realidad humana y de la naturaleza, para ver su grandeza. Para muchos jóvenes será un pensamiento interesante".

Es una pieza esperanzadora sobre un hombre cuyo pensamiento fue parte del ambiente que precedió a la realización del Concilio Vaticano II de 1962, convocado por el papa Juan XXIII, que con aires reonvadores puso a la Iglesia en diálogo directo con el mundo, comentó el director.

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