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¡Cuídate de los idus de marzo!

Cargados de malos augurios, hoy comienzan los días más temidos del año por los antiguos romanos. La historia comienza con el desaire de Julio César a esa advertencia. Shakespeare, en su versión de los hechos, lo enfatiza.

La historia comienza con el desaire de Julio César a esa advertencia. Shakespeare, en su versión de los hechos, lo enfatiza. Poco importa ya repartir responsabilidades. La literatura se ha encargado de recordar que marzo es mes de grandes cambios. Es necesario permanecer alerta.

Hoy comienza eso que los antiguos romanos conocían como los idus de marzo. Hace más de 2 mil años, estas 24 horas representaban tiempos de mal augurio. La gente prefería ser precavida y guardarse en sus casas, con el invierno a punto de terminar.

Todo cambia en 44 a.C., cuando un grupo de senadores asesinó al emperador Julio César de 23 puñaladas en el Teatro de Pompeyo. Días antes, un vidente le había advertido al gobernante sobre su muerte, pero éste, soberbio, lo ignoró, cuenta el poeta griego Plutarco en su libro Vidas paralelas.

Años después, William Shakespeare escribiría ese trágico episodio en su obra Julio César (1599). Desde entonces, los 15 de marzo –y los días previos a la primavera– se han convertido en sinónimo de infortunios y oscuros presagios.

Las coincidencias no son pocas: el nacimiento de Osama Bin Laden (10 de marzo de 1957), el desastre nuclear de Fukushima (11 de marzo de 2011), los atentados terroristas en cuatro trenes de España (11 de marzo de 2004), la ocupación nazi en Checoslovaquia (15 de marzo de 1939) o el nacimiento de Adolf Eichmann (19 de marzo de 1906), el impulsor de la Solución Final que acabó con la vida de más de 6 millones de judíos. Todo ocurrido en el mes que los romanos dedicaban a Marte, Dios de la Guerra.

LOS DÍAS NEFASTOS
Los idus no siempre fueron trágicos, aclara Roberto Téllez, profesor de letras clásicas en la UNAM. Antes del homicidio del César, dice, eran fechas de bienaventuranza y buena suerte. Se celebraban los días 15 de marzo, mayo, julio y octubre, y los 13 del resto de los meses del año. "Estaban encuadrados en los días fastos, que eran jornadas propicias para la actividad legislativa y comercial. En contraposición, estaban los días nefastos, que normalmente se ubicaban después de los primeros", explica.

El Rey Numa Pompilio fue el primero en ubicar que el año tenía 245 días fastos y 109 nefastos. Los segundos estaban dedicados a los dioses; por eso estaba prohibida toda actividad no religiosa.

Cada idus de marzo el pueblo romano recordaba a la diosa Anna Perenna con una fiesta en una pradera a las orillas del Río Tíber en la que reinaban el baile y las canciones procaces. Los hombres pedían a los dioses tantos años de vida como copas de vino fuesen capaces de beber.

"En realidad los idus comenzaron a tener una connotación negativa a partir del asesinato de Julio César. Ese hecho tan contradictorio marcó profundamente a los romanos, quienes vivieron durante siglos creyendo en las premoniciones de su calendario, que estaba basado principalmente en las fases lunares", sostiene Téllez.

Aquel homicidio, asegura, provocó que los idus se convirtieran en tópicos literarios. Y con ello, el surgimiento de una atmósfera casi esotérica sobre el mes. Incluso Enrique Krauze relacionó el asesinato de Luis Donaldo Colosio (23 de marzo de 1994) con este presagio romano en un artículo que escribió para la revista Letras Libres en 1999.

El primero en abordar los idus desde la ficción fue el dramaturgo de Stratford-upon-Avon, con la obra que recrea la conspiración en contra del emperador romano y las consecuencias que ésta tuvo en la sociedad de la época. Más de tres siglos después el tema también sería retomado por el escritor estadounidense Thornton Wilder en su novela Los idus de marzo (1948). El colombiano Gabriel García Márquez leyó esta obra en los años 60 e hizo su versión de los hechos en El otoño del patriarca (1975), que, como escribió en El País en 1981, "es la reconstrucción literaria de los últimos años de la República Romana".

Pero también en 15 de marzo ocurrieron otros hechos históricos la fundación del club Liverpool (1892), la abdicación del zar Nicolás II, y con ello el nacimiento de la República de Rusia (1917); el primer dibujo de Mafalda (1962), el estreno de El Padrino (1972) y el fin de la dictadura militar en Brasil (1985).

La ciencia se mantiene incrédula ante estas casualidades. El astrofísico de la Universidad de California, Mario de Leo Winkler, asegura que éste no es un mes de importantes cambios planetarios, salvo por el equinoccio de primavera, el cual era festejado por casi todas las civilizaciones antiguas.

Lo que sí llama la atención -dice– es que justo ayer se envió desde Kazajistán una sonda a Marte. En estos momentos, Exomars está buscando vida extraterrestre.

Habrá que esperar los resultados de la misión. Puede ser que, en efecto, los vecinos sí existan.

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