After Office

Cómo escapar de los sellos editoriales

Un relato personal. "De mi segunda novela, 'Emiliano', las circunstancias me llevaron a la autopublicación. De mucho tiempo atrás, tenía contemplado el proyecto de escribir un relato de largo aliento sobre la vida de mi abuelo paterno".

¿Conviene realizar ediciones independientes? (Y cuando digo independientes no me refiero a tratar de publicar en alguna editorial pequeña o marginal, sino a que el propio autor se haga cargo de publicarse, sin tener que recurrir al engorroso trámite de llevar su manuscrito a alguna casa editora reconocida, para ver si le hacen el favor de recibirlo, de evaluarlo, de someterlo a revisión, de ponerlo a consideración de un concejo que no acepta consejos y demás trámites burocráticos que hacen que tantas obras se queden en el anonimato).

En el caso de mi segunda novela, Emiliano, las circunstancias me llevaron a la autopublicación. De mucho tiempo atrás, tenía contemplado el proyecto de escribir un relato de largo aliento sobre la vida de mi abuelo paterno, el diputado Emiliano García Estrella, quien fuera uno de los cinco representantes del estado de Sinaloa en el Congreso Constituyente que se llevó a cabo en el Teatro de la República de la ciudad de Querétaro, de diciembre de 1916 a febrero de 1917, y que discutió, aprobó y proclamó, el 5 de ese último mes, la Constitución Mexicana que hoy nos rige.

El proceso de escritura me llevó más o menos un año y medio. Redacté las primeras líneas a principios de 2015 y poco a poco fui dando forma a lo que terminaría por ser una novela biográfica y mi modesta incursión en la larga y rica tradición de la novela de la Revolución Mexicana.

No quise caer en la típica biografía plana y lineal, solemne y aburrida, y traté de mezclar elementos de ficción que le dieran una mayor amenidad e incluso el uso de algo que me es tan preciado como la ironía y el sentido del humor.

EMILIANO
Editorial: Beso Francés
Año: 2017
Precio: 150 pesos
Punto de venta: emilianonovela.com

A decir verdad, mi información acerca de don Emiliano, mi abuelo, no era del todo abundante. Me basé en las cosas que a lo largo de mi infancia y adolescencia había escuchado sobre él de labios de mi abuela paterna, mi padre, mi madre, algunos tíos y tías, así como en un viejo libro del también diputado constitucionalista Jesús Romero Flores en el que se incluyen las sucintas biografías de la mayor parte de los legisladores de aquel 1916-1917 en Querétaro. La de mi abuelo ocupa apenas una página y media, con datos escuetos y muy concretos que, sin embargo, me sirvieron como punto de partida para desarrollar la trama de la novela.

Vino luego la documentación en muchos libros sobre el tema de la Revolución y sobre la vida en México de fines del siglo XIX a los años 20 y 30 de la centuria pasada. Llevo muchos años de leer y estudiar la historia del país y ese conocimiento acumulado por el tiempo me fue de gran ayuda, pero nuevos libros y documentos me llevaron a detalles insospechados que me ayudaron a enriquecer el relato con multitud de puntos finos.

Por lo que toca a la parte ficticia, me inventé a un personaje que de alguna manera es mi alter ego: un periodista de 27 años de nombre Esteban Leyva, a quien el director del diario El Universal, Félix F. Palavicini, encomienda entrevistar en 1921 al entonces exdiputado y exsenador García Estrella. De la interacción entre éste y el joven reportero (y también de la vida personal, profesional y hasta amorosa de Leyva) nacen diversas tramas del libro.

Cuando llevaba más o menos escritas dos terceras partes, hablé con un amigo editor para proponerle la novela y pedirle que ésta se publicara poco antes del 5 de febrero de 2017, fecha en que se cumplirían 100 años de la Constitución del 17. Me dijo que si se la entregaba a más tardar en junio de 2016, así lo haría. Mi escritura entonces se volvió febril y a lo largo de muchas madrugadas continué el texto, hasta terminarlo y entregarlo en mayo de ese año, confiado en que saldría a tiempo.

No fue así: en noviembre, el editor me avisó que por problemas técnicos Emiliano aparecería quizás hasta mediados de 2017. Para mí fue una noticia terrible. Faltaban menos de tres meses para el 5 de febrero. Busqué otra editorial, pero me dijeron que con esa premura era prácticamente imposible sacarla en tal fecha.

Recurrí entonces a Jocelyn Pantoja, una amiga que tiene una editorial dedicada a imprimir libros bajo pedido. Me presentó un plan bastante accesible en lo económico y, sobre todo, me dijo que el libro estaría a tiempo sin problemas. Así fue. En un breve lapso se diseñaron las páginas, se realizó la edición digital y se tramitó el ISBN. Mi hijo menor, Jan Sebastián García Hellion, se encargó de diseñar los hermosos forros. Tuve el libro en mis manos el 25 de enero de este año, 11 días antes del centenario de la Constitución.

A lo largo de poco más de dos meses, la experiencia de vender yo mismo la novela, sin la intermediación de las librerías, realizando su difusión por las redes sociales y buscando entrevistas en los medios escritos y electrónicos ha resultado muy enriquecedora, al permitirme el contacto directo con los lectores, con quienes hasta fotos me he tomado. También abrí un sitio (emilianonovela.com) para recopilar información y venderlo, y se realizó una primera presentación oficial, el 15 de marzo pasado, en el Terraza Catedral, con la generosa participación de los críticos literarios Ariel González, Eduardo Limón y Adán Ramírez Serret.

La aventura de Emiliano apenas está empezando, más allá de las vicisitudes que narra el libro, pero demuestra que los autores podemos manejarnos en forma independiente y sin depender de las muchas veces pesadas burocracias editoriales. Los beneficios son muchos. Es cosa de atreverse a hacerlo.

También lee: