After Office

Coleccionista ocultaba obras de arte en Alemania

AP

Berlín.- Un coleccionista alemán que mantuvo oculto durante medio siglo un tesoro invaluable de obras arte, entre ellas tal vez piezas robadas por los nazis, dijo que lo hizo porque las "amaba" y ahora desea que las autoridades se las devuelvan.

Cornelius Gurlitt, un personaje solitario, dijo en entrevista difundida el domingo en la revista alemana Der Spiegel que quería proteger la colección que había reunido su finado padre Hildebrand, un comerciante de arte al que los nazis habían encomendado la venta de las obras de las que quería deshacerse el régimen de Adolf Hitler.

Las autoridades de Baviera han expresado sus sospechas de que Gurlitt padre quizá adquirió cuadros que los nazis robaron a judíos, situación que podría derivar en reclamos de restitución de los dueños originales o los herederos de éstos.

En su primera entrevista amplia desde que el caso salió a la luz hace dos semanas, Gurlitt dijo a Der Spiegel que todos necesitan algo que amar. "Y yo no amo ninguna cosa más en la vida que a mis cuadros", afirmó.

Las muertes de sus padres y hermana fueron menos dolorosas para él que la pérdida de las 1,406 pinturas, impresiones y dibujos de artistas como Pablo Picasso, Henry Matisse y Max Liebermann que las autoridades decomisaron el año pasado de su apartamento, dijo Cornelius Gurlitt a la revista.

Der Spiegel dijo que un reportero entrevistó la semana pasada durante varios días al coleccionista mientras éste viajaba de su casa en Munich a otra ciudad para ver a un médico.

Las autoridades investigan si Gurlitt quizá "sustrajo" los cuadros o si incurrió en delitos fiscales relacionados con las obras.

Sin embargo, un portavoz de los fiscales que llevan el caso en Augsburgo dijo la semana pasada a The Associated Press que la prescripción, que en Alemania es a los 30 años, podría convertirse en un escollo importante.

Hildebrand Gurlitt falleció en 1956 y su esposa, Helene, en 1967. Las autoridades no tenían conocimiento de la enorme colección de obras de arte del hijo de los finados hasta que una verificación aduanera al azar los condujo al apartamento en Munich.

Las autoridades en Baviera y Berlín mantuvieron en secreto su hallazgo durante más de año y medio.

Pero desde que la revista alemana Focus reveló el caso hace dos semanas, las autoridades necesitan ahora encontrar una solución que impida que tecnicismos legales obstruyan los reclamos legítimos de propiedad de las obras, en particular si están implicados sobrevivientes del holocausto o los herederos de quienes fueron perseguidos por los nazis.

Gurlitt dijo a Der Spiegel que él no entregará así nada más la colección de arte. "No hablaré con ellos y no voy a entregar nada voluntariamente, no, no", dijo Gurlitt citado en la revista.

El coleccionista dijo a la revista que mantenía sus cuadros favoritos en una maleta pequeña. Todas las noches los sacaba para admirarlos. Según la revista, Gurlitt también conversaba con los cuadros.

Según la publicación, Gurlitt, que tiene mala salud debido a un problema cardiaco, rechaza cualquier acto indebido por parte de él o su padre, cuya propia herencia judía lo ponía en una posición precaria cuando trataba con los nazis.

Ocasionalmente Gurlitt vendía pinturas para obtener efectivo, dijo la revista. La anterior ocasión fue en 2011, cuando vendió en 725,000 euros la pintura "The Lion Tamer", de Max Beckmann. Gurlitt se quedó con poco más de 400,000 euros y el resto fue para la familia de un coleccionista judío que alguna vez fue dueño del cuadro, según la revista.

Gurlitt dijo a la revista que él ayudó a su padre a sacar los cuadros de Dresde cuando el ejército ruso avanzaba hacia la ciudad en 1945.
 
 

También lee: