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Cáncer, ¿cuestión de mala suerte?

Nada en esta vida escapa del azar. Ni siquiera las enfermedades mortales como el cáncer. Estudios recientes revelan que este padecimiento es tan complejo que ni siquiera puede prevenirse. 

En la mayor parte de los casos, el cáncer podría ser resultado de mala suerte biológica en lugar de ser producto de genes o factores medioambientales, dado que la azarosa división de las células madre haría a las personas más vulnerables a las mutaciones, concluye un nuevo estudio.

Una fórmula que comparó la cantidad de divisiones de células madre en el transcurso de la vida con el riesgo de cáncer demostró que hay una correlación y explicó las dos terceras partes de los casos, según un trabajo de investigación que apareció esta semana en la publicación Science. El estudio, que dirigieron el matemático Cristian Tomasetti y el genetista Bert Vogelstein de la Universidad Johns Hopkins, se basa en estadísticas sobre cáncer publicadas con anterioridad.

La investigación podría fortalecer los argumentos de que el cáncer con frecuencia no puede prevenirse, y que conductas de riesgo como el tabaquismo y la excesiva exposición al sol son factores menores en comparación con el azar. Eso apoyaría la dedicación de más recursos al diagnóstico de la enfermedad en etapas tempranas y a los tratamientos para reducir la tasa de mortalidad.

Los investigadores advirtieron que el estudio no constituye un permiso para lanzarse a una conducta insalubre. "La longevidad sin cáncer de las personas expuestas a agentes cancerígenos como el tabaco suele atribuirse a sus "buenos genes", pero la verdad es que la mayoría simplemente tuvo buena suerte", dijo Vogelstein en una declaración.

Los tipos de tejidos que tienen más divisiones de células madre son más propensos a mutaciones que pueden derivar en cáncer, y los datos demuestran que hay una correlación estadística entre ambas cosas, dijeron Vogelstein y Tomasetti en su trabajo. Sugieren que sólo un tercio de la variación del riesgo de cáncer podría obedecer a factores medioambientales o a predisposiciones heredadas.

CÉLULAS MADRE

Los investigadores se concentraron en las células madre porque son más longevas y porque las divisiones de las células que se autorrenuevan mantienen la estabilidad del tejido al tiempo que también tienen la capacidad de iniciar un tumor. Las mutaciones azarosas –o mala suerte- que se producen durante la replicación de células madre no cancerosas, que por lo general representan una pequeña cantidad del total de células del tejido, pueden derivar en la enfermedad.

En el transcurso de la vida, el riesgo de un diagnóstico de cáncer de pulmón es de 6,9 por ciento, mientras que el de tiroides es de 1,08 por ciento y el cerebral es de 0,6 por ciento, según estadísticas publicadas.

Los factores de riesgo reconocidos que explican parte de la incidencia comprenden, tabaquismo, consumo de alcohol, luz ultravioleta y virus de papiloma humano, así como variaciones genéticas.

Para explicar el riesgo de cáncer restante, los investigadores de Johns Hopkins, que tiene sede en Baltimore, Maryland, se concentraron en 31 tipos de tejidos. La correlación positiva entre la cantidad de divisiones de células madre y el riesgo de la enfermedad se comprobó entre diferentes tipos de cáncer con distintos niveles de incidencia.

Algunos tipos de cáncer, entre ellos el de mama y el de próstata, no fueron incluidos en el informe porque no se han determinado niveles confiables de división de células madre, según el estudio.

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