En Europa abundan los castillos que están en venta –antiguas residencias rodeadas de fosas, con arcos góticos, paredes de piedra y magníficos jardines, en su interior decorados con maderas talladas y algunas armaduras al lado de inmensas chimeneas–. Verdaderos castillos.
Sin una historia que respalde tales viviendas, en los Estados Unidos se las han ingeniado con mansiones de mal gusto al estilo castillo (también conocidas como McMansiones). Pese a esto, hay algunas excepciones, y la mayoría ha estado en el mercado por más de un año.
"El grupo de compradores para este tipo de propiedades es pequeño", dijo Keir Weimer, agente inmobiliario asociado a Select Sotheby's International Realty, cuya oficina representa a un castillo en Adirondack. "Tiene que ser alguien que pueda apreciar una propiedad excéntrica y generosa y que esté de acuerdo con el aislamiento y privacidad que un castillo puede ofrecer".
Es una manera pintoresca de decir que un castillo estadounidense tiene un gran precio –normalmente mucho más caro que incluso los hogares más lujosos de la zona (la piedra no es barata) y la ubicación deja mucho que desear (después de todo, debe tener suficiente tierra y acceso al agua como para hacer una fosa).
El lado positivo es que los compradores no están sujetos a señalizaciones del lugar y o su sentido histórico como ocurre en Europa. Lo que significa que uno puede vivir el 'cuento de hadas' estadounidense que uno prefiera.
Precio de lista: 39 millones de dólares
(725.8 millones de pesos al tipo de cambio de hoy)
Normalmente las propiedades de varios pisos suelen ser una buena adquisición –a menos que estén bañadas de corrupción y escándalo–. Este es el caso de la propiedad de estilo gótico de mil 745 metros cuadrados en Brickyard Road 450 en el modesto pueblo de Woodstock, Connecticut.
La propiedad de nueve dormitorios y 10 baños sería suficiente noticia sin contar con las historias personales de fondo.
Hay una fosa, alimentada por un estanque de 12 hectáreas, puente levadizo, una cocina de 130 metros cuadrados, un escenario y un auditorio. Tiene una cochera subterránea para tres autos, habitaciones para la mucama, una suite para la niñera (au pair) y 25 diferentes tipos de madera.
El Castillo Chrismark se construyó en 2003 por Cristopher Mark, el bisnieto del magnate del acero Clayton Mark Sr. y hay reportes de que la propiedad fue usada para muchas actividades sospechosas.
Además, los compradores subir a la torre de observación de 38 metros de alto. El castillo se complementa con 12 chimeneas, elevadores, una toma de aire central y un generador de respaldo. Está completamente electrificada.
Precio de lista: 12.8 millones de dólares
(238 millones de pesos)
La leyenda del castillo ubicado en Skyline Drive 18, involucra al mejor padre del mundo o al más indulgente, dependiendo de su punto de vista.
Allá por el año 1975, John Lavender le prometió a su hijo que le construiría un castillo.
Unas 800 toneladas de piedra más tarde, Highlands Castle fue hecho con techos de vigas de 7.62 metros de alto y 21 ventanas que van desde el piso al techo incrustadas en paredes de piedra; un acceso privado de medio kilómetro de largo y una vista de 180 grados de las Montañas Adirondack y el Lago George a su alrededor.
También hay estatuas de leones de tamaño real, rejas de hierro, pisos, puertas y muebles de roble sólido. Todo sobre un terreno de 3.52 hectáreas.
Curiosamente, la casa principal de seis mil pies cuadrados, técnicamente, solo tiene dos recamaras, una en cada ala del castillo.
El ala principal incluye un cuarto de reposo en una torre de dos pisos con un balcón con vista al lago. El ala de las visitas tiene un closet secreto delineado –no es tan atractivo que un pasaje secreto, que te lleve a cualquier lado—con una tina de cobre hecha a mano.
Tiene además una cochera de dos recamaras y un edificio en la entrada principal con dos recamaras. En total tiene seis recamaras con seis baños distribuidos en todo el castillo.
Precio de lista: 15 millones de dólares
(279 millones de pesos)
Renovar una casa puede llevar a la ruptura de un matrimonio feliz. Al parecer, construir un castillo también.
Esa es la historia detrás de la propiedad de mil 126 metros cuadrados con 20 camas y 14 baños ubicada sobre Pisgah Pike 230, en las afueras de Lexington, Kentucky, en un pueblo llamado Versailles.
En la actualidad funciona como un hotel boutique de 10 habitaciones, y se anuncia a sí mismo como "La Joya de la Corona de Kentucky".
Sus precios van de los 195 a los 420 dólares la noche, y posee en su terreno de 50.5 acres canchas de tenis y de básquet, una biblioteca, sala de billar, sala de juegos, sala de cartas y un salón para banquetes que imita al verdadero Versalles.
Si está interesado, no necesariamente tiene que seguir siendo un hotel y es que está ubicado en el corazón del País de los Caballos. Tiene cerca el hipódromo de Keeneland y el aeropuerto de Bluegrass.
La tierra de la propiedad y el pasto que crece entre las formaciones rocosas (que se le conoce como karst), son adecuados para la cría de caballos sanos, ya que el pasto que crece es muy nutritivo.