After Office

Brexit sin 'B' de Beatles

El grupo era, de pronto, el primer gran puente entre la isla y tierra firme desde el desembarco en Normandía, el Día D, 7 de junio de 1944.

Cuando Ringo, John, Paul y George visitaron París el calendario occidental decía que era enero de 1964. Ya eran los cuatro grandes de Liverpool e Inglaterra se tomaba con calma su entrada a la Unión Económica Europea, ese club que tomó forma en 1957 en Roma y que de alguna manera fue idea de Winston Churchill (los Estados Unidos Europeos), el primer ministro que tanto admiró Borges, que moriría justo en enero, pero de 1965.

Las crónicas de la época sostienen que los jóvenes británicos, que tenían Europa a sus pies y, pronto, a Estados Unidos, pidieron a Brian Epstein que los acercara con Brigitte Bardot, la gran estrella del cine francés. No lo lograron.

Los Beatles tuvieron que encerrarse para grabar las versiones al alemán de I Want to Hold Your Hand y She Loves you, las dos canciones con las que habían partido el queso de la historia de la música pop.

Bob Stanley, en Yeah! Yeah! Yeah! (Turner), cuenta con alumbramiento sobre aquellos días que se alejan después de la salida británica del continente al que desprecian, según la hoja de margarita al que otros llaman referéndum: "Por todas partes se percibía una razón de entusiasmo y energía futurista, la convicción de que estaba trazándose una línea histórica".

El grupo era, de pronto, el primer gran puente entre la isla y tierra firme desde el desembarco en Normandía, el Día D, 7 de junio de 1944. Escribe Stanley: "Eran todo mordiente y velocidad y respiraban aventura, complicidad, amor y encanto a raudales".

¿Los Beatles eran de Liverpool, de Gran Bretaña, de Europa o del mundo? ¿Eran lo contrario al Brexit del no? ¿Fueron, son? El autor los convierte en aldeanos universales: "A primera vista, hasta parecían iguales, como si fueran la versión pop del ejército de Mao. En todo caso, lo que hacían era exagerar su condición de nativos de Liverpool -hablar por la nariz, convertir todas las preguntas en chiste- para desafiar las normas de la BBC: solo eso, en 1963, representaban un gesto de anarquía".

Suena a contradicción histórica: diez años antes de que Reino Unido se uniera al club europeo (1973), los cuatro grandes eran sarcasmo, burla y aventura. Todo lo contrario de los británicos que dieron el no a Europa, llenos de seriedad, aldeanismo y adustez. El mismo Stanley encuentra la pista sobre el 4x4: "Daban la impresión de ir un paso por delante de todo el mundo".

Los Beatles estrenaron esa leyenda de las radios de AM de todo el mundo: "la ola británica". Luego vendrían los Stones, los Kinks, los Animals, los Who, los Zeppelin y los Pink Floyd, entre decenas. Pero McCartney, Lennon, Harrison y Starr lograron que el amor, la fama y la popularidad fueran actos genuinos de generosidad.

Europa se debatía en la libre circulación de mercancías y de trabajadores cuando el cuarteto rompió la inercia de los hechos.

Hijos de la clase trabajadora (el peso duró en Lennon hasta en sus años de solista) y en la orfandad de la Guerra encontraron en la seña, el sello de distinción, cuando lo local se vuelve global: "La condición de británicos les brindaba una posición ventajosa para contemplar a vista de pájaro el progreso del pop, sus compositores y músicos, sus leyendas y héroes malogrados y querían comunicar esos saberes a los jóvenes estadounidenses que vivían en el ojo del huracán. Era algo muy novedoso. Y también tenían muy claro lo que no les gustaba: la música teatral de sus paisanos Cliff Richard y los Shadows".

A pesar de Adele, de Robbie Williams y los restos de la Winehouse, Gran Bretaña dijo no al pop en el viernes negro del Brexit. Esta destellante apreciación del crítico del Times y del Guardian deja en claro la distancia entre el 2016 y aquel 64 cuando París, la ciudad de los Tratados del 1919 y de la Resistencia, la ciudad sin Bardott. El presente suena a pasado y éste a angosto futuro: "Los Beatles, que estaban sedientos de novedades culturales y no le temían a nada, daban la impresión de hablar un idioma del futuro". Ese futuro inglés regresa a casa como un barco que chapotea en medio de la zozobra, aunque Spotify alegue lo contrario.

Stanley pregunta por qué fueron los Beatles y no Del Shannon o los Four Seasons o los Beach Boys, ésos que con el Pet Sounds estuvieron al borde del caos y la poshistoria. Afirma que la única respuesta posible es que "los Beatles fueron, literalmente, un milagro".

Un día en la vida hubo alguien que dijo que Europa era un beatle. Y sí. Pero el Reino Unido hoy ya no es Europa. Ella te ama, all you need is love, love, love, love…

The end. Her Majesty.

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