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Brady gobernó en el Azteca; Patriotas aplastan a Raiders

El mariscal de campo de Nueva Inglaterra dominó a Oakland con ofensivas en serie y encabezó la victoria de los Patriotas sobre los Raiders, en el tercer juego de temporada regular de la NFL en México.

Tom Brady no encontró resistencia en el estadio Azteca. No lo fue la defensiva de los Raiders. Ni la altura de la Ciudad de México. Menos sus 40 años que tiene a cuestas. De hecho lució mejor que Derek Carr, el quarterback de Oakland, quien tiene 26 años.

El cinco veces ganador del Super Bowl impuso su ley desde la primera mitad y lideró la victoria 33-8 de los vigentes campeones ante unos Malosos, que ven lejos sus oportunidades de llegar a los playoffs por segunda temporada en fila.

Nueva Inglaterra ganó el juego desde las laterales. Bill Bellichick, su entrenador, ordenó ofensivas en serie. Brady ejecutó a la perfección y completó los primeros 11 pases que lanzó. Oakland nunca tuvo respuesta. El egresado de la universidad de Michigan tuvo vía libre para explotar la secundaria rival. Empezó con un pase de touchdown de 15 yardas a Deion Lewis en el primer cuarto y, otro de cinco yardas, a Danny Amendola.

La afición en el estadio Azteca se dividía. Unos abucheaban al potencial miembro del Salón de la Fama; otros lo vitoreaban. Había algunos de este último sector que gritaban "M.V.P", referente a que podría ganar el premio al Jugador Más Valioso de la temporada. Tom nunca pasó desapercibido ni siquiera fuera del emparrillado.

El partido se presentó hasta para que el pateador Stephen Gostkowski conectara el gol de campo más largo de la historia de Nueva Inglaterra. Fue de 62 yardas cuando el tiempo expiraba al final del segundo cuarto. También fue el más largo de su carrera. Superó por cuatro yardas su récord anterior.

Brady sentenció el partido en la primera ofensiva de la segunda mitad. Lanzó un pase profundo al velocista Brandin Cooks, quien se escapó 64 yardas para convertir el marcador en paliza. Patriotas ganaba 24-0.

La última anotación no solo pulverizó la moral de Oakland. También lo hizo con los fanáticos mexicanos. Los 77 mil 357 aficionados que asistieron al juego perdieron el fervor inicial. Solo con una excepción: una fanática de los californianos gritó Raiders previo a todas las jugadas ofensivas del equipo.

Los Malosos, al fin, pudieron romper el cero en el partido con la complicidad de una defensiva de los Patriotas, relajada por el marcador a favor. Derek Carr –inadvertido en los tres primeros cuartos del cotejo- encontró en un pase de nueve yardas a Amari Cooper, quien necesitó estirarse para llegar a las diagonales.

Solo fue una reacción tímida. Brady, de nuevo al mando de la ofensiva patriota, condujo el ovoide hasta la zona roja de los Raiders. Ahí, Stephen Gostkowski anotó su cuarto golde campo del partido. El pateador firmó su segundo mejor desempeño de por vida, solo por debajo de los cinco que registró contra Cincinnati en octubre del 2014.

Brady terminó su noche en el estadio Azteca con 339 yardas por pase. Fue su tercer mejor desempeño en lo que va de la temporada, solo superado por las 447 que consiguió contra Nueva Orleans y las 337 que acumuló ante Houston. Además no lanzó intercepciones por cuarto encuentro consecutivo y solo ha permitido dos en lo que va de la campaña.

Los Raiders empeoraron su marca a cuatro victorias y seis derrotas. No han podido replicar el éxito de la campaña anterior, en la que lograron una campaña de 12 victorias y cuatro derrotas y rompieron una racha de más de una década de no avanzar a la postemporada.

Los Patriotas revalidaron su candidatura para ganar el título. Mejoraron su récord a ocho triunfos y solo dos derrotas. Estiraron su racha a seis victorias en fila y tienen la segunda seguidilla de triunfos más larga de la NFL, solo por debajo de Nueva Orleans y Filadelfia, que tienen ocho consecutivas.

Brady nunca había jugado en México. Hoy, que debutó en el ocaso de su carrera, parecía con diez años menos. Le garantizó a su equipo terminar con, por lo menos, ocho juegos ganados por décimo séptima ocasión consecutiva. Empataron la racha de los Vaqueros de 1957 a 1973 y se pusieron a cuatro de la marca de los Browns de Cleveland, que registraron por lo menos ocho juegos ganados entre 1965 y 1985.

Brady gobernó en el estadio Azteca.

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