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Barra Vieja, cuna del pescado a la talla

La presentación, aroma y sabor de este platillo elaborado a las brasas es en muchas ocasiones el gancho para la llegada de visitantes a esta zona.

Acapulco.- Barra Vieja, en la zona rural de Acapulco, es la cuna del pescado a la talla, unos de los platillos distintivos de la gastronomía guerrerense.

La presentación, aroma y sabor de este platillo elaborado a las brasas es en muchas ocasiones el gancho para la llegada de visitantes a esta zona, que es el paso hacia la Costa Chica de Guerrero.

Gregoria Galeana, viuda de Don Beto Godoy, nos comparte que su esposo era pescador en Tenexpa, en la Costa Grande; cuando regresaba a tierra firme por la madrugada junto con sus compañeros, uno de ellos atravesaba un pescado grande con una vara y enterraba el sobrante de la vara en la arena en medio de una fogata, ese era el primer alimento del día para los trabajadores locales del sector pesquero; lo llamaban talla.

Cuando doña Gregoria y Don Beto se establecieron en Barra Vieja se instalaron a la orilla de la Laguna de Tres Palos, donde pusieron un restaurante y el platillo principal era precisamente el pescado talla, "pero se hacía mucho humo y los clientes esperaban mucho para que estuviera su comida", dijo doña Gregoria, quien ahora se hace cargo del restaurante Don Beto Godoy.

Fue cuando a la señora se le ocurrió "abrir el pescado como el pollo asado"; y luego vino la idea de hacerlo enchilado, "me metí a la cocina y agarré de todos los chiles secos que me encontré, así es como salió el adobo para untar el pescado", adobo que hoy su nieta envasa y vende a una cadena de centros comerciales.

La receta tiene en la familia unos 48 años, nos dice su creadora, y de ahí varios restaurantes empezaron a promoverlo en sus cartas, hoy es uno de los platillos más representativos de Guerrero.

Para preparar ese aromático platillo, hay un área especial, donde te encuentras con un asador de unos 12 metros de largo por un metro de ancho, en parrillas metálicas se coloca el pescado -generalmente huachinango y robalo- abierto y enchilado; en rejillas metálicas se asa por ambos lados con leña de espino.

Tan solo ese restaurante da empleo a casi 40 personas, y desde hace 48 años ha sido visitado por actores y cantantes famosos así como por políticos de todos los niveles, de ello hay evidencia en las paredes tapizadas de fotos con cientos de ellos.

Doña Gregoria nos dice, evidentemente emocionada, que el lugar ha sido "prestado" para filmar escenas de películas, videoclips y telenovelas, "no lo rentamos, porque no les cobramos pero es buena promoción", asegura orgullosa.

Durante unos tres años se incrementó la incidencia delictiva en la zona, lo que motivó que en diciembre pasado se conformara un grupo de policías ciudadanos de la UPOEG, pero con habitantes del lugar. "Desde entonces hasta volvieron a venir los turistas", reconoce Gregoria, quien luce cabello corto y completamente blanco, pero con una sonrisa enorme, y agrega: "por eso no dejo mis oraciones, y hasta misas; primero para que Dios nos cuide, después para agradecer que ya estamos mejor".

En la laguna de Tres Palos trabajan 21 lancheros haciendo recorridos por los manglares de la laguna, solo una mujer se atrevió a aprender a manejar una lancha de motor. Rocío nos dice que no es difícil aprender, "lo difícil es que los hombres te crean que en serio quieres aprender y que te enseñen". Lo expresa al tiempo que echa al hombro el motor de la lancha, como el resto de sus compañeros.

En la franja de arena de la playa de esta zona turística del Acapulco rural, Rafael, de 14 años de edad, ofrece la renta de cuatrimotos a los visitantes.

Rafa estudia segundo año de secundaria y sueña con ser marino. Cuestionado si en algún momento le han ofrecido trabajar con los "malosos" locales, él responde que sí le han dicho, "yo veo que los niños que trabajan así ganan mucho pero se mueren luego"; y agrega: "al rato mis hermanitos van a querer trabajar así, mejor que aprendan a trabajar bien".

Para mantener en buenas condiciones la playa de Barra Vieja, los "comunitarios", como llaman a los policías ciudadanos, organizaron a los hoteleros, restauranteros y demás prestadores de servicios para realizar este jueves una brigada de limpieza de la playa.

"Si las autoridades no hacen nada, nosotros sí, porque de esto vivimos", dicen orgullosos cuando emprenden la brigada encabezada por los dueños y promotores de las cuatrimotos en renta.

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