Los problemas legales del Barcelona no terminan, pero sus notables ingresos le permitirán afrontarlos con mayor entereza. Mientras se complica el caso del irregular fichaje del brasileño Neymar, el club blaugrana recibió la buena noticia de que ya es la segunda franquicia más cara del mundo.
Jordi Cases, el socio del club catalán que destapó el escándalo del caso Neymar, amplió la querella y solicitó a la Audiencia Nacional que se impute también al actual presidente Josep María Bartomeu y al vicepresidente económico Javier Faus, al ser quienes firmaron siete de los 11 contratos con la antigua dirigencia.
El fiscal atribuye a directivos del equipo español un fraude por 9.1 millones de euros por impuestos no declarados en la contratación del futbolista brasileño. El conjunto ya pagó 13.5 millones como compensación por haber declarado la compra en 57 millones en lugar de los 86 que realmente costó.
El escándalo provocó la renuncia del anterior presidente Sandro Rosell, pero Bartomeu y Faus no piensan seguir el mismo camino.
"Los servicios jurídicos nos dijeron tras las declaraciones de la semana pasada de Sandro Rosell que tuviéramos mucha tranquilidad. Creemos que no hay tema", afirmó a medios españoles el vicepresidente económico.
La buena noticia es que Barcelona mejoró sus ingresos netos en un 16 por ciento, al obtener 530 millones de euros (711 millones de dólares) durante el último año fiscal y generó una ganancia de 41 millones de euros (55 millones de dólares), anunció Javier Faus.
El vicepresidente financiero del equipo presentó el reporte anual 2013-14, señalando que la deuda neta del club se redujo en 44 millones de euros y al 30 de junio era de 287 millones de euros.
Faus dijo que desde que tomó el puesto en 2010, la deuda del club se ha reducido en 143 millones de euros y que el equipo ascendió del lugar 24 al segundo lugar en el ranking de los conjuntos deportivos de mayor valor.