After Office

¡Auch, 2016!

De muertes y destierros, reveses y finales abruptos, éste queda como el 'Annus Horribilis' de lo que va de la centuria. El año-guadaña arrancó de la Tierra algunos de los símbolos más firmes del siglo XX.

La purga comenzó de lleno y sin anuncios. El año-guadaña arrancó de la Tierra algunos de los símbolos más firmes del siglo XX, que de pronto pareció quedar muy lejos: Fidel Castro, Muhammad Ali, Pierre Boulez, David Bowie

Pero también devolvió en su resaca a algunos de sus fantasmas más temidos.

La tregua olímpica de agosto apenas iluminó la odisea de esta vuelta al sol, en la que voces como Siria, desplazados o Donald Trump cobraron un significado más sombrío; otras, como Brexit, saltaron a la existencia como de una caja de sorpresas; y los xenófobos heils, que habían permanecido ensordinados, emergieron con altavoces.

El mundo despidió a la Madre Teresa de Calcuta. A cuatro días de morir, fue canonizada el 4 de septiembre por el papa Francisco, quien también este año realizó su primera visita a México -país que en días recientes veló a su primer Secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa.

Las efemérides reclamaban que 2016 fuese el año de las letras, de Shakespeare y de Cervantes, cuya muerte, hace cuatro siglos, fue recordada por todo lo alto en buena parte de Occidente.

Pero la música se impuso, para bien y para mal.

Nota feliz, el origen melódico de la poesía fue reconocido al fin por la Academia Sueca, que, en un giro histórico para el canon, premió la trova de Bob Dylan. Al mismo tiempo, el hálito fúnebre que cubrió estos 12 meses encontró en la más afable de las artes su lugar de recurrencia.

De un tajo, enero 5 se llevó a Boulez, ese rebelde que hizo de los escombros de la Gran Guerra la materia prima de un nuevo territorio musical.

Y a poco de aparecer el álbum-presagio Blackstar, el 8 de enero, amanecía uno de los soles más oscuros del año. Con la muerte de Bowie, el 10, el universo de la música popular sintió el primer corte de una sucesiva mutilación: Prince, Leonard Cohen, George Michael y, en México, el ídolo Juan Gabriel dejaron, entre muchos otros, un silencio en el mundo.

Este mundo que necesita, urgente, hacer lugar al silencio.

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