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Analizan restos que podrían ser de Miguel de Cervantes

Las esperanzas están en tres tumbas desconocidas. Se sabe que Cervantes fue enterrado en las Trinitarias, pero nadie conoce exactamente la ubicación.

MADRID.- Cuando los investigadores entraron en la pequeña cripta de la iglesia donde se cree fue enterrado Miguel de Cervantes hace cuatro siglos, tuvieron que vaciar decenas de libros y unas enormes estanterías de madera. Las monjas de clausura que viven en el convento habían alquilado el pequeño espacio a una editorial.

La sorpresa fue mayúscula.

Los arqueólogos encontraron tres tumbas sin marcar en el suelo que no aparecían en los estudios históricos previos. El cuerpo perdido de Cervantes, el escritor español más universal de la historia gracias a su antihéroe Don Quijote, podría estar sepultado bajo una tonelada de libros.

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"El hallazgo nos hace reinterpretar un poco la lectura de las fuentes históricas", dijo Almudena García Rubio, directora del proyecto arqueológico. "Las tumbas del suelo tienen un aspecto antiguo, compatible con la cronología".

Ataviados con monos blancos, arqueólogos y antropólogos iniciaron el sábado los trabajos de excavación en el convento de las Trinitarias de Madrid, donde Cervantes fue enterrado en 1616.

La ubicación exacta de la tumba del escritor se perdió en una ampliación de la iglesia. Un proyecto ideado por el historiador Fernando Prado y financiado por el ayuntamiento de la capital española busca los restos del autor desde hace casi un año.

La cripta bajo el altar mayor de la iglesia, de apenas 10 metros de largo y seis de ancho, es ahora un moderno laboratorio forense donde conviven equipos tecnológicos, mesas donde clasificar los restos hallados y una bandera del cuerpo militar con el que combatió Cervantes en la batalla de Lepanto (1571). Más de 20 expertos científicos buscan entre cuatro paredes a Cervantes, autor de la icónica obra "Las aventuras del ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha".

La primera fase de excavación durará aproximadamente 15 días. El presupuesto es de 50 mil euros (56 mil 180 dólares). Los arqueólogos tienen marcados 36 nichos en la cara norte de la cripta, que teóricamente corresponden a capellanes del convento.

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ESPERANZA

Los expertos limpiarán el yeso que cubre la pared para descubrir lápidas mortuorias que identifiquen a los difuntos. Si la humedad ha borrado las inscripciones, se introducirán cámaras endoscópicas y se analizarán los huesos.

Pero las esperanzas están en las tres tumbas desconocidas. Se sabe que Cervantes fue enterrado en las Trinitarias, pero nadie conoce exactamente la ubicación. Existe la posibilidad de que su cadáver se moviera a la cripta.

"Tenemos la certeza de que son sepulturas", señaló García Rubio. "El tipo de baldosas pueden corresponder a esa época (siglo XVII)".

Los huesos serán exhumados y analizados en el laboratorio forense dispuesto en el convento. El reputado antropólogo forense que supervisa el proyecto es Francisco Etxeberria, quien participó en la autopsia que confirmó el suicidio del expresidente chileno Salvador Allende. Etxeberria cree que no será difícil de identificar.

Cervantes murió a los 69 años (1547-1616), tenía la mano izquierda inutilizada por una herida de guerra que sufrió en Lepanto, otras dos marcas de fusil arcabuz en el pecho y apenas seis dientes, como él mismo reconoció en uno de sus últimos relatos.

La idea es extraer un perfil de ADN si el estudio de los huesos encontrados sugiere que son efectivamente los del escritor. Sin embargo, no será comparable ya que no hay descendientes vivos de Cervantes, dijo Prado. Sí los hay de su hermano Rodrigo de Cervantes, pero más de 12 generaciones después, las trazas de una línea genealógica paralela no son válidas.

"Si (Cervantes) no apareciera en esas tumbas volveríamos a evaluar la situación. Vamos un poco sobre la marcha", dijo García Rubio.
La cripta, donde se concentran ahora los esfuerzos, no es la única opción. Si falla, hay otros cuatro puntos de la iglesia señalados como lugares de enterramiento. Todos tienen entre medio y menos de dos metros de profundidad.

El análisis de georradar, una herramienta habitual en la prospección no destructiva del subsuelo, sugirió que al menos dos de estos puntos tenían espacio para dos nichos. Cualquiera de ellos podría corresponder a Cervantes y a su esposa Catalina Salazar, también sepultada en el convento.

"Si hay algo en lo que coinciden los relatos históricos es que a Cervantes no lo sacaron de las Trinitarias", dijo Etxeberria. "Si lo encontramos nos alegraremos; si no, vamos a seguir buscando".

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