After Office

A medio siglo del despegue de The Doors

Hace 50 años, la banda que tomó su nombre de un verso de Las bodas del cielo y el infierno, del poeta inglés William Blake, lanzó su disco debut: The Doors.

The Doors fue una banda de inadaptados. Cuatro jóvenes extraños que, en apariencia, buscaban cosas distintas, pero que en el fondo deseaban exactamente lo mismo: entender al mundo desde una óptica distinta a la de sus padres. Ni siquiera Jim Morrison quería ser cantante, sino cineasta. Aunque la realidad es que sus cortometrajes nunca emocionaron mucho a sus maestros de la UCLA. ¿A quién iba a interesarle un trabajo sobre William Blake o Arthur Rimbaud cuando la Guerra de Vietnam cobraba millones de vidas?

Aunque muchas veces se ha creído lo contrario –en gran parte por la visión que la película de Oliver Stone presentó sobre el grupo– The Doors, cuyo nombre está inspirado en el verso "las puertas de la percepción", del poema Las bodas del cielo y el infierno, de Blake, marcó su distancia del movimiento hippie.

En 1967, año de la aparición del primer disco de la banda, Morrison estaba más interesado en Nietzsche que en el Verano del Amor; el baterista John Densmore prefería los clubes de modal jazz de
Los Ángeles a las fiestas desenfrenadas de Haight-Ashbury en San Francisco; el tecladista Ray Manzarek aprendía los preceptos de la meditación trascendental, y el guitarrista Robby Krieger averiguaba nuevas formas musicales a través del blues y el flamenco.

"Éramos gente contenta, pero más existencialista, más Jean-Paul Sartre que la imperante felicidad hippie del flower power de la época. Morrison era, por supuesto, excesivo y alocado, pero tenía un increíble espíritu artístico", declaró Manzarek en 2011 a El País.

CAMINO A LA INMORTALIDAD
El gobierno de LA proclamará el 4 de enero como "El Día de The Doors", en una ceremonia que se llevará a cabo en Venice, la ciudad que vio nacer al a banda en 1967. Al evento asistirá el concejal Mike Bonin, el baterista John Densmore, el guitarrista Robby Krieger, y los familiares de Ray Manzarek y Jim Morrison.


Mañana se cumple medio siglo del lanzamiento de The Doors, álbum que irrumpió con fuerza entre aquella juventud norteamericana que exigía el fin de la Guerra de Vietnam, normalizaba el consumo de LSD y practicaba el amor libre en los tiempos de esa dama libertina llamada psicodelia.

Morrison era el hijo de un neurótico militar que había servido a su país en la Segunda Guerra Mundial; Manzarek descendía de migrantes polacos y, a sus 25 años no sabía qué hacer con su vida. No es casualidad que ambos, excompañeros de generación en la UCLA, hayan formado la agrupación en Venice Beach, en 1964. A Jim le daba vergüenza leer sus poemas, pero sabía que Ray era un tipo culto, capaz de entender sus convicciones artísticas. Y así ocurrió: después de escuchar los primeros versos de Moonlight Drive, Ray no lo dudó ni un segundo: ¡hagamos una banda!

THE DOORS (1967)
42 Lugar en la lista de "Los mejores 500 álbumes de todos los tiempos", de Rolling Stone.

20 Millones de copias se vendieron de la edición original.

100 Millones de discos de The Doors se han vendido en el mundo.

Light My Fire y Break On Through fueron censuradas.

Los ensayos comenzaron de manera desordenada. Según escriben Jerry Hopkins y Danny Sugerman en Nadie sale vivo de aquí (1980) –la primera biografía sobre El Rey Lagarto– el nacimiento de la agrupación se debió más al azar que a la disciplina. Sin darse cuenta, aquellos cuatro jóvenes lograron una fusión atípica. Todo se había amalgamado: la escuela jazzística de Densmore, quien fue alumno de Elvin Jones, baterista de John Coltrane; la vena bluesera de Krieger; la educación clásica de Manzarek y las pretensiones poéticas de Morrison. Light My Fire, de hecho, nunca fue concebida como un éxito pop, sino como una pieza experimental derivada de My Favorite Things, de Coltrane.

Tuvieron que pasar tres años para que el experimento cobrara forma. El primer disco de The Doors apareció el 4 de enero de 1967, grabado por Elektra Records, un modesto sello discográfico que entonces sólo reclutaba a artistas folk. Con 11 canciones y 43 minutos de duración, la psicodelia continuó su expansión por el mundo. Después llegaron Pink Floyd, The Beatles, Jimmi Hendrix y muchos más a hacer lo propio. A continuar lo que esa banda de inadaptados había emprendido sin querer.

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