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A la vista: fusión gastronómica

En el corazón de Polanco, el hotel Hyatt Regency inauguró Rulfo, su nuevo restaurante, y Amado, su panadería. Rafael Casás, chef de origen argentino, está al frente del proyecto que conjunta la gastronomía de México, Argentina y Perú con un toque moderno y amigable.

Con la intención de recrear en sus instalaciones todo lo que ocurre en las calles de Polanco, una de las zonas comerciales y culturales más exclusivas de la Capital, el hotel Hyatt Regency inauguró Rulfo, su nuevo restaurante, y Amado, su panadería.

Rafael Casás, chef de origen argentino que inició su carrera con la cadena hotelera en Buenos Aires a final de la década los 90, está al frente del proyecto que conjunta la gastronomía de México, Argentina y Perú con un toque moderno y amigable.

"Es un concepto culinario con una cocina abierta, con cebiche bar, una pastelería y una dulcería. Es un punto de encuentro que nosotros llamamos paraje latino", explica el chef.

Al entrar al lobby, la visión de Rulfo recibe al visitante. "Realmente va a llamar mucho la atención. Las cocinas abiertas, los chefs cocinando, interactuando con la gente, esa es la idea, hacemos todo fresco, al momento, con productos concentrados en lo local, lo que tengamos al alcance, tratamos de no traer cosas importadas. El 90 por ciento de nuestros productos es mexicano y dentro de lo que es la cocina abierta tenemos un grill al carbón y un horno a leña; prácticamente todo se cocina a través de estos dos métodos de cocción", agrega Casás.

Además del área de leña, el cebiche bar se ubica en un módulo aparte, fuera de lo que es la cocina central, donde trabaja el chef peruano Miguel Cabrera. Al frente de la pastelería europea, donde también se hornea pan en un vistoso horno de hierro antiguo traído desde Londres, se encuentra el chef Manuel Gómez. Completa esta área una dulcería tradicional del país.

"En lo que es mexicano, tratamos de hacer una cocina urbana, de alguna manera lo que sucede en la calle, de una forma distinta, con una presentación diferente, darle al extranjero la experiencia de realmente probar algo de lo que se hace en la calle", comparte Casás. En su carta, el restaurante Rulfo ofrece esquites, consomé de gallina clarificada, con verdolagas y bolitas de masa, tacos al pastor, tacos de barbacoa, tacos de camarón, sopa de tortilla y pozole, entre otros platillos nacionales.

Respecto a la cocina de su natal argentina, el chef dice que sigue la tendencia marcada en Rulfo, relajada, con presentación y técnicas de cocción simples. "Tenemos unas empanadas de carne en un molde de 15 centímetros, de un muy buen tamaño; chimichurri hecho en casa, la típica picada con tablas de quesos, carnes frías artesanales, pizzas, vegetales babys y una milanesa de costilla de res napolitana con papas para dos personas; las pastas son siempre bien recibidas en la cocina argentina".

De Perú, se ofrecen seis cebiches: tiraditos en una crema de cilantro de leche de tigre; cebiche con erizo de mar; el clásico peruano acompañado con un camote hervido; confitado con maíz escarcha; cebiche de atún con un poco de jengibre, salsa de soya y chile serrano.
Abierto desde la semana pasada, en Rulfo puede disfrutar de estas delicias por un precio que ronda entre los 600 y 750 pesos por persona.

"Pero varía. Al ser un concepto de bar, restaurante y pastelería, puede consumir nada más la cocina urbana y saldrá mucho más accesible. Es una oferta tan amplia que puede rondar los 250 pesos", destaca Casás.

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