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A 40 años de que Nadia consiguiera la perfección

Nadia Comaneci era sólo una adolescente rumana de 14 años con coleta de caballo, pero lo sucedido el 18 de julio de 1976, durante los Juegos Olímpicos de Montreal, consiguió cautivar al mundo. Ese día se convirtió en la primera gimnasta en conseguir una puntuación perfecta de 10.

Era una adolescente rumana con coleta de caballo que se emocionaba con la idea de tener calcetines de colores y mascar chicle, pero Nadia Comaneci consiguió cautivar al mundo con una hazaña olímpica que todavía hoy sigue emocionando cuatro décadas después.

Su coleta es cosa del pasado, sus anhelos de la infancia han sido sustituidos por gustos más sofisticados, pero vaya donde vaya Comaneci no puede escapar del recuerdo de lo sucedido el 18 de julio de 1976 en Montreal.

Ese día se convirtió en la primera gimnasta en conseguir una puntuación perfecta de 10 en unos Juegos Olímpicos.

"Cada vez que se añade un cero al aniversario, de alguna forma se hace más grande. Primero 10 años, luego 20, después 30 y ahora 40, parecen muchos números. Es como si hubiera pasado la mitad de tu vida", dijo Comaneci a Reuters en una entrevista telefónica, mientras pasaba unos días de vacaciones en California con su familia.

"(Esta vez) al ser el 40 aniversario siento como si lo hubiera estado celebrando todo el año. Todo el mundo que me he cruzado este año quiere hablar de ello", aseveró.

Las celebraciones continuarán durante las próximas semanas, ya que Comaneci llegará a Montreal el 21 de julio donde su hijo de 10 años Dylan tendrá la oportunidad de ver por primera vez el estadio olímpico "donde está grabado el nombre de su madre".

Después se dirigirá a Río de Janeiro para asistir a los Juegos Olímpicos que se celebrarán del 5 al 21 de agosto. El aniversario lo pasará en familia junto con su hijo Dylan y su marido, el también campeón olímpico Bart Conner.

"Recuerdo cuando empecé a hacer el ejercicio (la rutina con barras asimétricas), pensé que había hecho una actuación muy buena pero nunca pensé que había hecho una rutina perfecta", dijo la exgimnasta de 54 años, que ahora reside en Oklahoma.

"Sé que no miré el marcador porque me puse a pensar en la barra de equilibrio una vez que terminé", sostuvo.

"Entonces escuché mucho ruido en el estadio, miré a mi alrededor, me giré y vi el marcador. Vi por primera vez el 073 que era mi número de dorsal de competición y debajo una puntuación de 1.00.

"Miré a una de mis compañeras de equipo y se encogió de hombros, lo que indicaba que algo malo había ocurrido con el marcador. Todo pasó muy rápido".

CALCETINES BLANCOS
Ya que ningún juez esperaba que una gimnasta alcanzara la perfección, el marcador electrónico instalado en Montreal carecía del espacio necesario para albergar las cuatro cifras que ilustraran la puntuación perfecta.

Ese fallo tecnológico épico no consiguió empañar el recuerdo de la hazaña de Comaneci. "El hecho de que el marcador no pudiera mostrar el 10, engrandeció aún más aquel momento", dijo Comaneci, que comenzó a reírse.

"Conseguir el primer 10 en la historia fue una gran gesta, pero el hecho de que ni siquiera el marcador electrónico pudiera mostrar la puntuación lo ha vuelto aún más histórico", aseguró.

Lograr ese primer 10 hizo que se detuviera el tiempo y parece que la gente hubiera olvidado que Comaneci consiguió tres medallas de oro en Montreal, incluido el concurso completo individual, y dos oros más en Moscú cuatro años después.

Nacida en 1961 en la ciudad industrial de Onestim, hija de un mecánico de autos llamado Gheorghe y de su mujer Stefania, Comaneci todavía tiene que pellizcarse cuando piensa cómo ha transcurrido su vida por algo que consiguió cuando fue "una niña de 14 años". 

EL DÍA EN QUE NADIA CONSIGUIÓ LA PERFECCIÓN

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