Sin sobresaltos económicos, los países de Norteamérica se enfilan hacia una nueva etapa de integración.
El ánimo de los actores económicos y de los agentes financieros luce como en el inicio de una carrera para saber quiénes sacarán mayor provecho.
La fortaleza del peso, sorprendente para la mayoría de los analistas, ha tenido diferentes explicaciones a lo largo de estos seis años.
No hay un punto de referencia en la historia de los tres países del TMEC, en el que hubieran estado tan sincronizados económicamente.
Estamos frente a un cambio de época económico en el que la batalla es por el desarrollo de la tecnología más avanzada.