La manipulación de las encuestas ha llegado ya a tales extremos, que será necesario analizar verdaderamente a fondo este tema.
No existe, ni remotamente, una fórmula para medir la buena –o mala– participación de los candidatos en un debate.
Todo parece indicar que ya hay una estrategia para responder ante un escenario en el que Morena y sus aliados pierdan la elección.
La oposición no ha caído en la cuenta de que el Presidente y sus aliados tienen ya una estrategia para la etapa final del proceso electoral.
La intervención brillante de alguno de los candidatos participantes en un debate sí le puede agregar puntos en la intención de voto.